El complejo B está compuesto por un grupo de vitaminas esenciales que desempeñan un papel clave en el metabolismo celular, la producción de energía y el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Este grupo incluye vitaminas como B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6 (piridoxina), B7 (biotina), B9 (ácido fólico) y B12 (cobalamina). Para obtener los mejores resultados, no solo es importante tomarlas regularmente, sino también en el momento adecuado del día.
¡Hora de tu vitamina!
En general, se recomienda tomar las vitaminas del complejo B por la mañana, preferiblemente junto con el desayuno. Esto se debe a que estas vitaminas están directamente involucradas en la conversión de los alimentos en energía, por lo que tomarlas temprano ayuda a aprovechar mejor sus efectos estimulantes durante el día.
Además, algunas personas pueden experimentar un leve aumento de energía o alerta mental después de consumirlas, lo que podría interferir con el sueño si se toman por la noche.
¿Cómo tomarlas?
Al ser hidrosolubles, las vitaminas del complejo B no se almacenan en grandes cantidades en el cuerpo, por lo que es ideal tomarlas diariamente. Ingerirlas con alimentos mejora su absorción y también puede ayudar a evitar molestias estomacales que algunas personas experimentan cuando las toman en ayunas.
Una excepción puede ser la vitamina B12 en forma de suplemento individual, especialmente en personas con deficiencias diagnosticadas. En estos casos, el horario puede ajustarse de acuerdo con las indicaciones médicas, aunque sigue siendo común recomendar su ingesta en la mañana.
Cabe destacar que ciertos medicamentos, condiciones médicas o deficiencias específicas pueden requerir un régimen personalizado, por lo que siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplemento.
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