Si acostumbras a comer y beber en exceso en las fiestas, es posible que sufras de indigestión. No permitas que esa sensación vaga de malestar en la parte superior del abdomen o el vientre termine por arruinar la celebración.
Para ello, te compartimos algunos consejos claves que te permitirán disfrutar de los sabores típicos de esta época, manteniendo a raya molestias como la acidez, la hinchazón y el reflujo.
¿Qué es la indigestión?
La indigestión o malestar estomacal como también se le conoce es según la Inteligencia Artificial el malestar, dolor o ardor en la parte superior del abdomen, la cual ocurre a menudo durante o después de comer. Esta molestia está caracterizada por llenura incómoda, hinchazón, eructos, gases y náuseas, causada por comer demasiado rápido, alimentos grasos, estrés o problemas como úlceras.
Si estás seguro que las molestias se deben al exceso de comidas y bebidas durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, realiza algunos cambios en tus hábitos para mejorar la situación, en caso de que no consigas mejoras, no dudes consultar con un médico.
Planificación inteligente
Aplica los siguientes hábitos:
- Rutina alimentaria: desayuna, almuerza y merienda como acostumbras. Procura que sean comidas ricas en fibra (frutas, verduras, cereales integrales) y proteínas magras. Esto te ayudará a llegar a la cena con una sensación de saciedad controlada y con menos urgencia por picotear.
- Hidratación constante: beber suficiente agua a lo largo del día facilita la digestión y el tránsito intestinal.
Combinaciones que debes evitar
Ciertos platos navideños resultan especialmente difíciles de digerir. Por ello, toma nota de las combinaciones a moderar:
- Grasas pesadas y proteínas: salsas cremosas (con nata, mantequilla o exceso de aceite) combinadas con carnes o embutidos muy grasos. La grasa ralentiza el vaciado gástrico, prolongando la digestión y provocando pesadez y reflujo.
- Azúcares y grasas: los postres típicos como turrones, mazapanes, y los de pastelería industrial son una bomba calórica y digestiva. El alto contenido de azúcar y grasa puede alterar la microbiota intestinal y causar picos de glucosa seguidos de fatiga.
- Alcohol y comidas copiosas: el alcohol, además de sus calorías vacías, irrita la mucosa gástrica y relaja el esfínter esofágico inferior, lo que puede incrementar la acidez y el reflujo.
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