El cuerpo físico del ser humano es una herramienta para manifestar los sentidos, las emociones y el placer.
En tal sentido, el cuerpo siente, tiene necesidades, exige amor propio y, además, termina expresando todo lo que la boca calla. Es decir, el cuerpo acaba manifestando el malestar que la mente es incapaz de expresar por sí misma.
¿Cuándo el cuerpo te habla?
Según los expertos, a esto se le conoce como un proceso de somatización y no es otra cosa que la conversación de un síntoma psicológico en una afección física.
Dicho en otras palabras, la estructura física del ser presenta ciertos síntomas como una manera de expresar conflictos psicológicos que es necesario resolver por y para el bienestar personal.
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¿Cómo te habla?
Aunque para muchos, esto puede parecer una locura, la verdad es que no lo es, ya que el cuerpo se ocupa de transmitir aquello que el individuo no está pudiendo pensar y por ende decir y mucho menos escuchar.
Por tanto, éste se hace cargo y responsable de que hay algo, un hecho, una vivencia, un sentimiento, algo dentro que pide sanación.
Por ejemplo, el cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta. El dolor de garganta aparece cuando no es posible comunicar las aflicciones.
También el dolor de cabeza dice presente cuando aumentan las dudas; el resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
Incluso el estómago arde cuando las rabias no consiguen salir; las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega; las alergias aparecen cuando el perfeccionismo está intolerable; y las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
En conclusión, todas y cada una de las emociones terminan por afectar el organismo y hasta provocar enfermedades como gastritis, contracciones musculares, ansiedad, depresión, entre otras.
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2023-12-06
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