La poesía tiene el poder de transformar lo cotidiano en extraordinario, y la poeta venezolana Kaira Vanessa Gámez lo demuestra con su obra. En una entrevista íntima, revela las musas y memorias que dan vida a sus versos.
Su inspiración surge de un momento efímero, pero eterno: una mirada de su abuela. "Me despedía de ella un día y ella volteó a mirarme. Me sorprendieron sus ojos oscuros, profundos, expresivos; me intrigaron. Los había visto toda mi vida, pero algo en ese momento fue diferente. Por primera vez al verla me pregunté qué de mí había en sus ojos. Luego, la decisión y el deseo de escribir esa pregunta," recuerda Gámez.
Esa mirada fue el catalizador que la llevó a cuestionar su propia esencia y plasmarla en poesía, dando origen a "Ojos negros", el primer verso que abre su aclamado primer libro.
El amor de Gámez por la poesía se remonta a su infancia, muchos años antes. Una noche, la voz de su madre cantando una melodía desconocida pero conmovedora, marcó el inicio de una pasión que perdura hasta hoy.
"Acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar… Como ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar". Esas palabras resonaron en "otro lugar" que Gámez nunca ha dejado de explorar.
Al hablar de las influencias en su estilo poético, menciona a figuras literarias que han marcado su camino: Rafael Cadenas, Jorge Luis Borges, Hanni Ossott, Alejandra Pizarnik, Yolanda Pantin, Fernando Pessoa, Luz Machado y Reiner María Rilke. Estos autores, con sus propias voces únicas, han dejado una huella imborrable en su escritura.
Kaira Vanessa Gámez continúa cautivando con su poesía, invitando a los lectores a mirar más allá de lo visible y encontrar la belleza en la profundidad de lo simple.
Z3D: ¿Qué temas o motivos son recurrentes en tu obra?
KG: Cuando creo que estoy yendo hacia otra parte, vuelvo a encontrarme en la infancia, en la casa, hablando con fantasmas del pasado -eso sí, interpelándolos, cada vez con menos concesiones, para que den cuenta de la lógica de su existencia-. Creo que el pasado y lo que cada ser humano hace con el suyo; podría decir, la forma singular en que cada uno atraviesa su pasado, o jamás lo atraviesa, las salidas y los puntos sin salida, son aspectos de la experiencia humana que no me abandonan.
Z3D: ¿Qué papel crees que tiene la poesía en la sociedad actual?
KG: Creo que el mismo que ha tenido siempre: interpretarnos. Como un actor lo hace con sus personajes, la poesía nos interpreta a nosotros. La poesía, cuando lo es, lee y transmite puntos de nuestra subjetividad que, solos e imbuidos como estamos en el discurso corriente, no somos capaces de ver. La poesía nos entrega algo de nosotros mismos; un mensaje que está ya en lo que hacemos, en lo que decimos, pero que se nos escapa. Pero para que eso ocurra, hace falta que estemos dispuestos a recibirlo, que no hayamos perdido la posibilidad de ser tocados por ella, por la poesía.
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Z3D: ¿Cómo ha influido la poesía en Kaira Vanessa Gámez?
KG: Me ha hecho más feliz. Me ha traído la alegría que ofrece una nueva relación con las palabras. Me ha permitido jugar con el lenguaje y con sentidos que consideraba sólidos. Descubrir que la vida puede ser otra cosa y hacer que lo sea al escribir esa otra cosa. Como lectora, la poesía me inspira a ir cada vez más allá en mis propias búsquedas. Como escritora, me reta, me plantea problemas, pero también la posibilidad de dar con una solución propia y nueva para ellos.
Z3D: ¿Qué opinas de la poesía venezolana contemporánea?
KG: Creo que es inclemente y muy aguda. Hay algo, en líneas generales, que me parece distintivo de la poesía venezolana: una economía de las palabras que se vuelca sobre las cosas sencillas. De allí resulta como una magia, un poder, que nunca se sabe muy bien de dónde viene, de encontrar los fundamentos mismos de las cosas. Y cuando digo los fundamentos me refiero a su centro vital, a su cimiento. El asunto es que encontrarse con eso puede ser estremecedor.
Z3D: ¿Qué proyectos o planes tienes para el futuro como poeta?
KG: La poesía es lo único en mi vida que no someto a planificación, lo único que dejo correr libre y suelto de toda pretensión mía. Hay cosas que quiero escribir, pero no conozco de antemano el modo y el tiempo en que llegarán a mí. El tema de la escritura me interesa mucho, sus condiciones de posibilidad. ¿Por qué se escribe? ¿Qué es escribir? ¿Qué pasa en uno y en el mundo, en los otros, cuando se escribe un poema? “Escribir sobre la escritura”, ese podría ser el nombre de un deseo que tengo como escritora.
Z3D: ¿Qué dificultades o desafíos has enfrentado como poeta?
KG: El acto de escribir, en general, no viene dado. No venimos al mundo escribiendo o para escribir, ni tampoco deseando hacerlo, no es un destino para todos la escritura como oficio, ni siquiera como pasatiempo. Es un hacer que ocurre o no, que se elige o no. Y en esa medida, aunque se escoja, hay siempre algo que franquear. Escribir no es sinónimo de pensar. La escritura plantea siempre un atravesamiento, un ir más allá de lo dicho, incluso de lo ya escrito, para poder decir lo que aún no ha sido dicho. Ese es el principal desafío que me plantea la escritura y también lo que la vuelve satisfactoria, emocionante. En las dificultades que plantea reside también lo que ella ofrece: la posibilidad de pasar a otro lado, de dar con otra cosa.
Z3D: ¿Qué poema o libro de poesía recomendarías a nuestros lectores?
KG: Actualmente estoy leyendo “Final sin fin” de Eugenio Montejo. Se trata del compendio de manuscritos y borradores que condujeron a Montejo a la versión final de su poema “Final sin fin” y que nos dejó como un legado. Este tesoro fue publicado recientemente por los profesores Arturo Gutiérrez Plaza Luis Isava y Miguel Gómes. Es un libro sorprendente que nos abre las puertas a la interioridad del escritor como artesano. Somos testigos de las decisiones que fue tomando Montejo como escritor, de las palabras que escogía y de las que finalmente abandonó, de los problemas que le planteaba su propia escritura y las soluciones que fue hallando para construir ese poema que, además, es una obra de arte en torno a los finales. Es un libro maravilloso porque enseña a leer la vida, su fin y en ello, el acto mismo de la escritura.
Por Wanda López Agostini
Fotos Cortesía
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2024-03-15
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