Podar un árbol de jade (Crassula ovata) es una tarea importante para mantener la planta saludable y atractiva. Este suculento es conocido por sus hojas gruesas y brillantes, y su capacidad para crecer tanto en interiores como exteriores. La poda no solo ayuda a darle una forma más equilibrada, sino que también promueve un crecimiento más vigoroso. Aquí te contamos cómo hacerlo de manera adecuada.
Para comenzar necesitarás tener a la mano tijeras de podar o cuchillo afilado y limpio, alcohol para desinfectar las herramientas y guantes (opcional).
Manos a la obra
Al momento de podar debes saber que es mejor podar en primavera o principios del verano, cuando está en su fase de crecimiento activo. Evita podarlo durante el invierno, ya que está en estado de reposo y el corte podría dañar su recuperación.
Planifica la poda
Antes de cortar, observa la forma de la planta. Decide qué ramas quieres eliminar para darle una apariencia más equilibrada y para evitar que crezca de manera descontrolada.
Corta las ramas dañadas o muertas
Comienza por eliminar cualquier rama seca, marchita o rota. Estos elementos no son útiles para la planta y le quitan energía. Corta justo por encima de un nudo o de donde la rama se conecta con el tronco principal.
Reduce el tamaño
Si el árbol de jade ha crecido mucho, puedes reducir su tamaño cortando algunas ramas grandes. Haz los cortes justo encima de las hojas o de las bifurcaciones para estimular un nuevo crecimiento.
Forma y equilibrio
Corta aquellas ramas que estén creciendo hacia adentro o en una dirección no deseada para mantener una forma equilibrada. Evita podar más del 20-30% de la planta de una sola vez, ya que esto podría estresarla.
Cuidados posteriores
Después de podar, riega moderadamente la planta y colócala en un lugar con buena iluminación, pero evita el sol directo hasta que se recupere completamente.
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