La ruda es una planta medicinal originaria del sur de Europa, ampliamente conocida por sus propiedades terapéuticas y su uso tradicional en la medicina natural. Es un arbusto de hojas verde-azuladas con un olor fuerte y característico, y pequeñas flores amarillas. Desde la antigüedad, ha sido empleada tanto en remedios caseros como en rituales espirituales.
Entre sus beneficios más destacados, la ruda actúa como un poderoso antiinflamatorio natural. Es utilizada para aliviar dolores musculares, articulares y menstruales. También tiene propiedades digestivas, ayudando a calmar los cólicos, la indigestión y la acumulación de gases. Otro uso tradicional que los expertos le otorgan a la ruda es como sedante suave, ya que puede ayudar a calmar los nervios, aliviar la ansiedad y favorecer el sueño.
Además, la ruda tiene propiedades antiespasmódicas y antimicrobianas. Ha sido usada para tratar infecciones leves y favorecer la cicatrización de heridas pequeñas. En algunos casos, se ha empleado como antiparasitario. Sin embargo, su uso debe ser moderado, ya que en dosis altas puede ser tóxica.
¿Cómo se toma la ruda?
La forma más común de consumirla es en infusión. Para preparar un té de ruda, se recomienda hervir una taza de agua y agregar una cucharadita de hojas secas de ruda. Se deja reposar por unos 5 a 10 minutos, se cuela y se bebe. No se debe tomar más de una taza al día, ni por períodos prolongados.
También existen extractos y tinturas de ruda que pueden encontrarse en tiendas naturistas. Estos preparados deben ser usados bajo la orientación de un profesional de la salud o un fitoterapeuta, ya que la dosis varía según la presentación y concentración.
Es importante mencionar que la ruda no debe ser consumida por mujeres embarazadas, ya que tiene efectos abortivos. También debe evitarse en personas con enfermedades hepáticas, renales o con sensibilidad a sus componentes.
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