Comprar lechuga bien sea para consumir en ensaladas, sopas, sándwiches o preparar alguna infusión es común en la mayoría de los hogares, sin embargo, otros se restringen porque consideran que es un vegetal que se marchita muy rápido.
Este alimento que puede incluirse en diferentes recetas, puede conservarse más tiempo en la nevera siempre y cuando se haga de manera adecuada para que respire. En tal sentido, expertos señalan que lo mejor es guardarla en una bolsa de plástico que cubra la zona del tallo y que las hojas respiren. De esta manera el vegetal conserva su humedad.
¿Cómo guardar la lechuga para que dure más?
Lograr que este vegetal se mantenga fresco por mucho más tiempo, no es sencillo, pues si se expone a altas temperaturas o se deja en un lugar con mucha humedad, puede dañarse en días e incluso en horas.
Por tal razón, conviene separar las hojas del tallo o cogollo, lavar con abundante agua, escurrir y secar muy bien con papel para evitar la humedad, pues ésta acelera su descomposición.
Una vez seca, introducir en recipientes de cristal o tuppers que cierren bien herméticamente, cubrir la lechuga con papel de cocina que absorba la humedad y cerrar. Meter en la parte baja de la nevera y colocar el recipiente boca abajo para evitar que entre el aire frío.
Un punto a tener en cuenta es que al momento de guardar la lechuga lo más idóneo es que se guarden las hojas enteras porque al cortarlas se daña la estructura de las células.
De interés
Congelar la lechuga no es una buena idea porque este es un vegetal compuesto básicamente de agua. Es decir que al congelarse y descongelarse se vuelve acuosa y esto alteraría el sabor, además, pierde su textura crujiente.
En caso de que por algún motivo se congelen, puedes utilizarlas para preparaciones cocidas como guisos y sopas.
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