El nombre de Luis Olavarrieta parece estar ligado permanentemente a la polémica y la irreverencia, aunque él prefiere identificarse con el trabajo indetenible. Su etapa como “ajicito” de RCTV lo tachó para siempre de ácido y frontal, algo que él –próximo a cumplir 42 años- recuerda ahora con cariño y algo de añoranza.
“Yo era así, faltaba el respeto en muchas ocasiones. Ahora trato de comunicarme de otra manera. La vida te enseña muchas cosas y las etapas se dejan atrás. Con Ají Picante pasó algo maravilloso que era el reflejo de lo que ellos estaban buscando y nosotros teníamos”. Al programa de RCTV que se estrenó en el año 2000 llegó por casting, tras no cumplir con el perfil de edad necesario para estar en El Observador.
“Mi meta era hacer noticias, pero era muy chamo, entonces me ofrecieron Ají Picante y usé esa característica de la acidez. Yo no soy así todo el tiempo, tengo amigos con quienes puedo utilizar la crítica o el chiste pesado entre nosotros, pero sería incapaz de hacerlo fuera de ese círculo de confianza”, revela.
Un cambio importante para Luis Olavarrieta
De ser el más “amargado” de los animadores del canal Luis Olavarrieta fue mutando progresivamente en un periodista serio, reflexivo y capaz de hacer programas con estilo internacional, un cambio de timón que ni si quiera planificó.
“Creo que todo se fue dando, llegó otro tipo de reto que me fue dando madurez y me gustó lo que fui cosechando. A mí me encantó Ají Picante, lo amé, fui feliz, gané mucho dinero, viajé, me pagaban por hacer locuras, tenía la ropa que quería, el carro que quería… Es increíble que yo ganaba más dinero en aquella época que en la actual, ¿no?”.
El apodo “Olarrabieta” se lo puso la abuela de una amiga, dado su poco interés por compartir en ciertas actividades en grupo. “Era refunfuñón, me decían para salir a comer y contestaba que no, si me invitaban a salir respondía que no. Las cosas que no concibo no me gustan y tengo resistencia ante ello. Ahora lo he cambiado”.
Confiesa que pese a lo que se veía en las redes sociales no era tan amigo de la fallecida Josemith Bermúdez, y que su camaradería real era con la también desaparecida Michelle Sapene. Admite que sí se querían mucho, y los lazos se afianzaron cuando ella fue diagnosticada con cáncer de ovario.
“En Ají Picante tuvimos muy buen feed back, de repente se fue a México y luego nos reencontramos en Televen. La enfermedad nos unió mucho más: yo estaba pasando por un tema emocional muy complejo y nos unimos en la lucha de ambos. Terminamos mejor que amigos, era una cosa extraordinaria. Uno hace hasta más por la gente que quiere. Tú no sabes las capacidades de respuesta que tienes cuando quieres a alguien. Por eso entiendo a las mamás cuando se abocan tanto a sus hijos, el amor lo mueve todo”.
Luis Olavarrieta afirma que las circunstancias complejas sacan lo mejor del ser humano, y que precisamente eso fue lo que ocurrió entre él y Josemith. “A mí me gusta trabajar bajo presión porque nace lo mejor de mí. Ella sacó lo mejor de mí. Extraño mucho esa etapa, no por las circunstancias sino por las cosas que pasaban, había magia entre los dos”.
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El trabajo es la respuesta
Luis Olavarrieta es uno de los periodistas más criticados del país. Cada una de sus entrevistas genera apoyo y rechazo en partes iguales, que muchas veces se van hacia su vida personal. Recientemente vivió un episodio de filtración de material íntimo por parte de un influencer, quien lo expuso precisamente el día en que él triunfaba haciendo la ronda de preguntas del Miss Venezuela.
“Creo que el trabajo es mi refugio. Trato de no bloquear a nadie en redes, el trabajo siempre va a ser mi escudo. Al final si tú vas a hacer un show de mi vida bienvenido seas, pero mi trabajo te va a mostrar otra cosa. Si yo fuera un tipo solo de escándalos y no tuviera otra cosa que mostrar viviría de eso. No respondo nada sobre escándalos, sería darle muchas largas al asunto y yo estoy bien. Siempre van a hablar”.
Ese mismo público que un día lo encumbra es el mismo que a las dos horas denuncia sus videos en Youtube y le hace perder el dominio. Esa relación amor-odio con el público y sus reacciones parece darle fuerza para seguir.
“Youtube siempre te da alertas, pero esto fue un hackeo que nadie entendió. Las redes sociales son maravillosas, puse un anuncio de que me habían hackeado y un venezolano que trabaja en Youtube Canadá me contactó, me pidió todos los datos y en casi 12 horas me solucionó. Sin embargo, estuve en calma, bajo presión me manejo muy bien. De no haberla recuperado capaz conseguía otra fórmula, yo soy un trabajador incansable, me gusta trabajar todo el día. Yo no me habría detenido”.
“Viví una Venezuela en bonanza”
“Me pagaban por todo; iba a una discoteca y me pagaban por estar presente, por tomar, por fumar, por usar unos zapatos o ponerme una gorra, me pagaban por montarme en un avión, fuimos imagen de Polar en los cinco años que estuve en el programa. Había mucho dinero, era un país en bonanza. Yo tenía seis cuñas en el espacio de una hora. Para mis 20 años fue una locura”.
Por Criss Monterrey @crissmonterrey
Fotos Cortesía
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2023-07-28
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