Los animalitos de compañía o mascotas, como perros y gatos, son fieles compañeros en nuestro hogar. Los podemos conseguir desde montados en nuestra cama, como sobre las encimeras de la cocina o muebles, es por esto que mantenerlos limpios es fundamental. De esta forma tendrás un hogar sin malos olores y animales saludables. Con esta guía sabrás su frecuencia de baño, con qué productos asearlos y mucho más.
Contrario a lo que se piensa, los perros y gatos deben bañarse, y lo mejor es hacerlo desde temprana edad (a partir de los 3 meses). Para que ellos se acostumbren al agua y a la rutina de aseo. Esto los ayudará a crear un hábito y evitarte problemas a la hora del baño.
Otro punto importante es la frecuencia con que se deben bañar. Aquí sí puede variar entre perros y gatos. Los gatos suelen limpiarse ellos mismo diariamente, por esto no hay necesidad de bañarlos tan seguido, cada mes y medio, dos meses, es una media aceptable. En cuanto a los perros, ellos sí necesitan un baño más regularmente, ya que ellos no lo hacen por si solos.
Puedes bañar a tu perro una vez al mes, pero debes tener presente que lo debes hacer con un champú especial para ellos. Además de tener cuidado si tu perro presenta alergias en la piel. En este caso, es recomendable que tu veterinario te indique los productos adecuados para no aumentar sus problemas dérmicos.
Hora de bañar a tus animalitos
Ya sea un perro o un gato, los pasos a seguir para bañarlos son los mismos.
Primero debemos cepillar bien a nuestra mascota (sobre todo el perro) para eliminar la mayoría de nudos posibles en su pelaje. Seguidamente debemos ubicar el sitio adecuado donde bañarlos. Si es al aire libre mucho mejor, pero de no tener un espacio abierto, lo puedes hacer en una bañera o ducha.
Debes siempre usar agua con temperatura inferior a 38º C. Una vez mojados y con el champú puesto, saca espuma en su pelo y cepilla suavemente para terminar de desenredar su pelaje. Siempre empezando por sus patas traseras y dorso, y en dirección a la caída natural del pelo.
Retira todo el jabón de su cuerpo echándoles suficiente agua. Asegúrate de no dejar producto en su cuerpo ya que podría irritarlo y generar picor.
Seca lo más posible con una toalla y luego deja secar al aire libre.
Si prefieres usar secador, colócalo a distancia de su cuerpo y con aire frío, para evitar quemarlo y generar problemas en su piel como irritaciones o resequedad.
Ahora bien, si tu gato es de esos reacios a estar en contacto con el agua, no te preocupes, no es de morirse el no bañar a tu gato, recuerda que ellos se bañan y limpian solos, pero en algunas ocasiones es fundamental limpiarlos. En esos casos deberás usar un champú en seco, que lo puedes aplicar sin necesidad de usar agua.
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