Fregar la loza es una tarea doméstica que se hace diariamente para conservar los utensilios en buen estado e incluso para cuidar la salud de quienes lo utilizan.
Aunque es algo completamente rutinario, no debemos descuidarnos y hacerlo siempre de la mejor manera posible. Entérate en estas líneas cómo puedes hacerlo y sin complicarte la vida.
¿Cuándo fregar la loza?
Lo ideal es ir fregando lo que puedas a medida que vas cocinando, no solo para evitar acumular utensilios en el lavaplatos, sino, además, para aligerar el trabajo.
No obstante, si no puedes hacer todo a la vez, conviene fregar todo en cuanto termines de cocinar o al terminar de comer.
Debes tener en cuenta que si postergas esta tarea se quedará comida reseca y luego será más difícil eliminar la suciedad y además se creará el ambiente propicio para la acumulación de bacterias.
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¿Qué puedes hacer?
En primer lugar, retira la mayor cantidad de restos de alimentos antes de proceder a fregar la loza. En caso de que quede comida incrustada en ollas o sartenes, por ejemplo, deja en remojo con agua hirviendo con un poquito de bicarbonato de sodio.
Luego disuelve un poco de jabón líquido en agua, agita hasta conseguir una cantidad generosa de espuma y con una esponja, frota cada plato, cubierto, vaso, etc.
De igual manera, puedes preparar un agua con un chorrito de limón y vinagre para remojar las piezas que tienen mucha grasa, ya que esto ayudará a cortarla con mayor facilidad.
Comienza por lo menos sucio, como vasos y cubiertos, sigue con los platos y acaba con las ollas y sartenes. Esto te permitirá cambiar con menos frecuencia el agua y hasta ahorrar jabón.
Finalmente, lava y enjuaga con suficiente agua para quitar todo el jabón de cada una de las piezas.
Expertos señalan que si tienes dos tinas, la opción más práctica y respetuosa con el medio ambiente es tener una con agua caliente y jabón para remojar los platos, e ir cambiando el agua según sea necesario.
Por otra parte, utilizar la otra tina para realizar el enjuague final y en vez de lavar una a una las piezas, colocar varias para aprovechar el agua corriente.
En caso de no tener dos tinas, conviene enjabonar todo, dejar en un área limpia, y luego enjuagar el lavaplatos y comenzar a retirar el jabón de cada utensilio.
Si no tienes agua corriente por las tuberías, prepara dos tobos, uno con agua jabonosa y el otro con agua para enjuagar.
Al terminar, debes secar muy bien cada pieza, para ello utiliza un paño limpio y seco, y que no suelte pelusas.
Importante
Independientemente de cuáles sean las razones por las que no puedas lavar la loza al terminar de cocinar, se recomienda enjuagarla con agua y unas gotas de cloro para evitar bacterias.
También debes tener presente que las esponjas y el lavaplatos, tienen que lavarse al terminar de utilizarse para evitar acumulación de bacterias.
Incluso, se recomienda que las esponjas se coloquen a secar para no utilizarlas cuando estén húmedas, y hasta cambiarlas con cierta periodicidad porque son un propensas a acumular microbios.
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2023-03-16
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