El miedo irracional a los animales se presenta no solo en niños, muchos adultos también pueden sufrirlo, y hasta terminar afectando su bienestar.
En ocasiones, estos temores se originan en la infancia y si no se tratan de la manera correcta repercutirán durante toda su vida.
Generalmente los pequeños pueden ver en los animales una amenaza, y se manifiesta luego de haber vivido malas experiencias, o porque el entorno que le rodea le transmite ese sentimiento.
¿Por qué ocurre el miedo irracional a los animales?
Tal como señalamos, se manifiesta a consecuencia de haber vivido malas experiencias en cuanto a la interacción con ellos. También se desarrollan por aprendizaje por modelos, es decir, se adquieren al copiar de otras personas la fobia a un determinado animal.
Incluso, el miedo irracional puede estar asociado al temor de contraer ciertas enfermedades, especialmente la rabia.
Partiendo de ello, se puede decir que el miedo a los animales suele ser irracional y desproporcionado, ya que por norma general y exceptuando contadas situaciones el peligro es real.
Síntomas
– Pérdida de control
– Temblores
– Sudoración excesiva
– Llantos
– Dificultad para respirar
– Gritos
– Ansiedad
– Rabietas
– Taquicardias
– Malestar estomacal
– Entre otras…
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Vencer el miedo
Es clave asumir que se sufre de un miedo irracional a los animales, y buscar ayuda con un profesional que pueda aplicar algunas técnicas que permitan enfrentar la situación.
Una de las técnicas que se emplea consiste en afrontar en repetidas ocasiones al estímulo que le produce el temor.
Es decir, cuanto mayor es la exposición, más sencillo es dejar de percibirlo, pues ayuda a debilitar el temor habituando a la persona a convivir con esa situación de forma natural.
Por tanto, es necesario buscar la manera de vencer este tipo de miedos, pues no hacerlo profundiza los síntomas y causa problemas personales y hasta con el entorno.
Conclusión
Dependiendo del animal al que se le teme, la persona podrá sufrir mayores episodios de miedo, y esto puede afectar en mayor o menor medida sus actividades cotidianas.
En este sentido, es fundamental que la persona que lo padece, logre controlarlo para así poder llevar una vida “completamente” normal, sin tener que evitar actividades o enfrentar episodios de ansiedad o hasta pánico.
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2022-12-14
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