Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, cofundador del Cartel de Guadalajara, cultivaba una marcada afición por el espectáculo mexicano, desplegando un estilo de vida opulento marcado por constantes celebraciones en su rancho La Herradura, en Atequiza, Jalisco.
Estas fastuosas reuniones eran un crisol de poder, donde funcionarios de alto rango se mezclaban con figuras del narcotráfico de la talla de Pablo Escobar, el temido capo colombiano de los ochenta, según detalla Infobae.
Artistas de renombre eran contratados a precios exorbitantes para amenizar las veladas, y en una noche particular, Juan Gabriel fue el protagonista musical. En este ambiente de excesos y riesgos, un invitado propuso una apuesta audaz al Divo de Juárez: un millón de dólares a cambio de un beso en los labios al líder del Cártel de Medellín.
Contra todo pronóstico, Juan Gabriel accedió, un acto que desató la furia de Pablo Escobar, quien desenfundó su arma apuntándolo. La tensión se multiplicó cuando Don Neto imitó la acción. Solo la rápida intervención del acompañante de Escobar, quien aclaró que todo se trataba de una "broma", logró distender la situación. Escobar, aunque visiblemente molesto, terminó por calmarse, mientras Don Neto soltaba una carcajada. Juan Gabriel, presa del temor, se esfumó discretamente de la fiesta.
Esta historia fue narrada por Anabel Hernández en su libro "Emma y las otras mujeres del narco", como parte de su investigación sobre el mundo del narcotráfico.
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