El cantante y compositor francés Georges Moustaki, autor de canciones que se convirtieron en clásicos de la música popular francesa como “Milord” o “Le Métèque”, falleció el jueves a los 79 años, informó su entorno.
En 2011, Moustaki reveló que sufría problemas respiratorios y que su enfermedad “irreversible” lo dejaba “definitivamente incapaz de cantar”.
Georges Moustaki, cuyo verdadero nombre era Giuseppe Mustacchi, nació el 3 de mayo de 1934 en Alejandría, de padres judíos griegos que emigraron a Egipto.
Escribió unas 300 canciones para los más importantes intérpretes de su épocacomo Edith Piaf, Yves Montand, Barbara, Juliette Gréco o Serge Reggiani antes de cantarlas él mismo.
Sus canciones más célebres son “Milord” (1958), escrita para Edith Piaf y traducida en el mundo entero, y “Le Métèque” (1969), primero interpretada por Pia Colombo, cuyo estribillo dio la vuelta al mundo.
Otros de sus temas se convirtieron en clásicos, como “Sarah”, “Ma liberté”, “Ma solitude” y “Votre fille a vingt ans”, interpretados por Serge Reggiani en 1966, y también canciones como “La Dame Brune” (interpretado por Barbara en 1966), “Joseph” o “La Marche de Sacco et Vanzetti”.
Políglota y pintor, Moustaki vivía desde hace más de cuarenta años en la isla Saint-Louis, en el corazón de París.
Sus padres tenían una librería en la ciudad. Su infancia transcurrió en cuatro idiomas: italiano, francés, árabe y griego.
En 1951 llega a París para trabajar como periodista. Le fue bien y se empleó en camarero de un bar. Conoció a Georges Brassens, entró en el negocio de la música, y en 1958 se topó con Èdith Piaf, para quien compuso ‘Milord’.
En los años 60 ya estaba instalado en el negocio de la música en Francia como un compositor de prestigio. Yves Montand, Barbara y Serge Reggiani son clientes suyos y, alguna vez, hasta le invitan a hacer un dúo. En 1968, Moustaki lanzó su primera canción, ‘La métèque’, que se convierte en símbolo de las protestas en París.
La letra de ‘La métèque’ es un autorretrato: “Con mi cara de extranjero. De judío errante, de pastor griego. Y mis cabellos a los cuatro vientos”. Y su historia, por cierto, también hace un lazo con la de Leonard Cohen. Igual que la ‘Suzanne’, del canadiense, Moustaki no compuso la canción para sí mismo. Pero alguien le escucho sus bocetos y le dijo: “Ésta tienes que cantarla tú”.
Unos 47 discos aparecen en el currículo del cantante de Alejandría. ‘Ma liberté’ aparece entre las canciones más reconocibles de ese enorme cofre. Aunque, en España, seguro que hay quien aún se acuerda de aquel dúo casi erótico con Ángela Molina: ‘Muertos de amor’. Los arreglos y el aire de tensión sexual, hoy en día, despiertan una sonrisa. Pero tiene su encanto.
“Era una librepensador” dice Marina Rossell, amiga de Moustaki, y que hace dos años grabó un disco íntegramente dedicado a sus canciones. Para entonces Moustaki ya estaba enfermo y se había retirado por problemas respiratorios. Pero aún pudo colaborar en el disco de su amiga.
Vivía desde hacía décadas en una buhardilla enorme en la que se desayunaba café y sopa de ganso. Al menos eso es lo que se encontró este periodista en 1981 cuando Moustaki preparaba una gira con un grupo de jazz, un dato irrelevante en aquella época en la que los cantautores galos daban de comer a los jazzistas. Moustaki añadía a la dieta un poco de los hermanos Marx./AFP
Jueves 23/05/13