La cultura china y japonesa tiene una fuerte creencia de que un dios llamado Yuélo ha atado con un hilo rojo a las personas que están destinadas a encontrarse y experimentar juntos el amor. La leyenda narra que no importa la distancia el tiempo ni el lugar porque llegado el momento se encontrarán, se dice que este gran amor fue el amor del pasado y lo será por el resto de todas tus vidas.
Más que una creencia mitológica rescata la idea de que nacimos para buscar a nuestra alma gemela y que al final lo que esta destinado a pasar terminará ocurriendo, de hecho, este hilo rojo puede extenderse, pero nunca romperse, las personas que nacieron para estar juntas superarán los obstáculos unidos.
Sea como sea, esta historia se basa en la teoría del taoísmo, una filosofía que busca fidelidad a “seguir la corriente”, y el Tao, advierte además de una energía cósmica que proyecta el camino de la vida y el significado. Hablar de todo esto nos lleva también a recordar el principal pensamiento de Confucio, centrado en los valores humanos como la armonía familiar y social, así como la bondad, características que consideraba debe tener toda persona para estar en armonía con la ley del cielo, que involucraba aceptar lo que el cielo le designara.
El hecho de no haber coincidido aún con el alma gemela no indica infelicidad para el ser humano pues el amor más intenso que debes tener es hacia ti mismo.
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