Cortarse el flequillo puede parecer un cambio sencillo, pero implica mucho más que unos cuantos tijeretazos. Es un detalle que enmarca el rostro, transforma la expresión y puede modificar por completo tu estilo. Por eso, antes de tomar la decisión, los estilistas recomiendan considerar varios factores importantes.
Tipo de rostro
Uno de los aspectos clave es la forma del rostro. Según los expertos, el flequillo ideal varía dependiendo de tus facciones. Por ejemplo, los rostros ovalados suelen adaptarse bien a casi cualquier estilo de flequillo, mientras que los rostros redondos se benefician más de un flequillo lateral o desfilado, que aporta verticalidad. En cambio, si tienes un rostro cuadrado, un flequillo largo y desestructurado puede suavizar los ángulos.
Mantenimiento
Aunque muchas personas lo ven como un estilo de bajo riesgo, un flequillo requiere mantenimiento constante. La estilista profesional Carolina Ramírez explica: “El flequillo crece rápido y puede perder su forma en pocas semanas. Lo ideal es recortarlo cada tres o cuatro semanas para que conserve el estilo original.” Además, necesitarás dedicar más tiempo cada mañana para peinarlo y evitar que se vea grasoso o fuera de lugar.
Textura del cabello
La estructura natural de tu cabello también juega un papel importante. Los cabellos muy rizados o con mucho frizz pueden ser más difíciles de manejar con flequillo, a menos que estés dispuesta a alisarlo con frecuencia o trabajar con un estilista que lo adapte a tu tipo de cabello. En cambio, los cabellos lisos o ligeramente ondulados suelen facilitar el mantenimiento y peinado del fleco.
Opinión profesional
Antes de tomar las tijeras por tu cuenta, lo ideal es agendar una cita con un estilista de confianza. Un profesional puede ayudarte a elegir el tipo de flequillo que mejor se adapte a tu rostro, estilo de vida y textura capilar. Además, sabrá cortarlo correctamente para evitar errores comunes que luego requieren meses para arreglarse.
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