La intolerancia a la lactosa es una condición donde el cuerpo no puede digerir la lactosa, un azúcar presente en la leche y los productos lácteos. Según refiere la Inteligencia Artificial, esto ocurre porque no se produce suficiente lactasa, la enzima que descompone la lactosa.
Las personas que tienen esta afección pueden vivir con ello sin tener que renunciar a todos los productos lácteos, indica Mayo Clinic. Sin embargo, para prevenir cualquier inconveniente, la mayoría ha optado por eliminar estos productos, sin percatarse que esto implica que se dejen de obtener vitaminas y nutrientes que el cuerpo necesita, como el calcio.
¿Puede la intolerancia a la lactosa afectar la ingesta de calcio?
Al evitarse los productos lácteos es posible que las personas presenten deficiencia de calcio, vitamina C, Riboflavina y proteínas, refiere el sitio web del Gobierno de México.
En tal sentido, es fundamental que una vez se realice un diagnóstico se consulte con el médico tratante cómo se pueden suplir estos nutrientes y no poner en riesgo la salud.
Entérate
La leche y los productos lácteos son una fuente fundamental en la dieta de grandes y chicos, pues aportan proteínas de alto valor biológico que contribuyen a la homeostasis del calcio, y su exclusión de la dieta puede disminuir de forma significativa la ingesta y absorción de calcio; y esto puede repercutir de forma negativa en el metabolismo y la mineralización ósea.
Partiendo de ello, te compartimos de dónde puedes obtener el calcio que tu cuerpo necesita una vez dejes de consumir leche y sus derivados:
1. Acelga cocida.
2. Espinaca.
3. Almendras.
4. Pollo.
5. Carne.
6. Vainitas.
7. Higo seco.
8. Pistachos.
De igual manera, las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir quesos con bajo contenido de lactosa o sin contenido de lactosa, e incluso yogures que contengan bacterias vivas, las cuales mejoran la digestión.
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