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"Dejamos atrás el Pacífico, queridos amigos. Me encantó, pero ya está hecho", dijo el aventurero suizo Bertrand Piccard, piloto del avión experimental, antes de aterrizar en el aeropuerto californiano de Moffett Airfield, al sureste de San Francisco.
"Es genial estar en California, la tierra de los pioneros", dijo ya en tierra, con el cofundador de Google y firme defensor de las energías alternativas, Sergey Brin, junto a él.
Piccard, un médico de 58 años, dijo que la travesía de 62 horas entre Hawai y Silicon Valley en solitario había sido una de las experiencias "más increíbles" de su vida.
"Apuesto a que en diez años, los aviones eléctricos podrán transportar hasta a 50 personas. Esto ocurrirá", agregó. "Esto no es ciencia ficción. Es real", declaró entusiasmado.
El objetivo de la misión es demostrar que se puede volar con energías alternativas al combustible de origen fósil, con un aparato alimentado por 17.000 células fotovoltaicas.
Sus alas son más largas que las de un avión jumbo. Su envergadura es de 72 metros y su peso de 2,3 toneladas, equivalente al de un coche de gran capacidad.
El avión solar, que almacena energía en baterías para cuando no brilla el sol, parará en Nueva York antes de cruzar el Atlántico hacia Europa, desde donde los pilotos planean realizar su viaje de vuelta hacia Abu Dabi, de donde partieron./AFP
24-04-2016