Alicia Machado volvió a remover su propia historia, en una conversación íntima y sin filtros, la venezolana dejó claro que su camino hacia los certámenes no fue impulsado por la obsesión de ser reina, sino por una meta muy distinta que pocos conocían. Una confesión que hoy, años después, reescribe su pasado y explica muchas de sus decisiones.
El certamen como estrategia, no como destino
Machado explicó que su entrada al Miss Venezuela respondió más a una visión práctica que a un sueño personal. Con apenas 19 años, entendía que el concurso era una vitrina poderosa, una plataforma capaz de abrir puertas en una industria altamente competitiva. Su verdadera ambición estaba puesta en la actuación, en construir una carrera artística sólida más allá de los aplausos y las bandas.
Lejos de idealizar la corona, la venezolana confesó que nunca se vio a sí misma encasillada en ese rol. Para ella, el certamen representaba una oportunidad, no una meta final. Una diferencia de enfoque que, con el tiempo, le trajo incomprensiones y juicios que aún resuenan.
La carga invisible de ser reina
Convertirse en Miss Universo implicó una exposición brutal y una presión para la que, según reconoce, no estaba preparada. Alicia recordó cómo se le exigía comportarse como una mujer experimentada cuando apenas comenzaba a vivir, mientras cargaba con estereotipos que ponían en duda su inteligencia y su talento.
Esa etapa, marcada por silencios obligados y momentos difíciles, dejó huellas profundas. Durante años evitó incluso hablar del tema, no por rechazo, sino por el dolor que le provocaba sentir que su identidad quedaba reducida a un título.
El deseo de ser vista más allá de la corona
Uno de los puntos más contundentes de su relato fue la frustración de no ser reconocida por su trabajo actoral. Alicia recordó cómo, incluso al protagonizar producciones exitosas, seguía siendo presentada únicamente como “la Miss”, una etiqueta que opacaba su preparación y su esfuerzo en la actuación.
Con el tiempo, aprendió a reconciliarse con su historia, entendiendo que la corona fue parte de su recorrido, pero no su definición. Sí bien su sueño siempre ha sido ser actriz, ha conseguido algunos papeles aunque ninguno realmente significativo.
Una confesión que conecta con nuevas generaciones
Las palabras de Alicia Machado no solo revisitan su pasado, también dialogan con el presente. Su mensaje resuena en jóvenes que ven en los certámenes una oportunidad, pero no necesariamente un destino. La ex reina dejó claro que la belleza puede ser una herramienta, pero el propósito va mucho más allá.
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