La leche limpiadora es el complemento perfecto del agua micelar. Muchas pensarán que con solo usar la segunda ya nuestro cutis quedará limpio y radiante, pero no. Estas leches son cosméticos faciales para todo tipo de pieles que limpiarán e hidratarán nuestra tez.
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A diferencia del agua micelar, las leches limpiadoras eliminarán todo rastro de maquillaje e impurezas presentes en el rostro. Ya sea en mujeres que se maquillan a diario, como la que lo hacen esporádicamente.
Si tu tratamiento de belleza incluye tónicos faciales, estos deberás aplicarlos luego de limpiar tu rostro con la leche micelar. Esto permitirá que tu piel respire adecuadamente y haga que los tónicos actúen adecuadamente. Esto debido a que cuando limpiamos con la leche, el tónico (astringente o hidratante) regulará el sistema celular de la capa córnea. Preparándola para asimilar los principios activos del cosmético regulador de pH y vitaminas.
Tipos de leche limpiadora y su aplicación
En el mercado se pueden conseguir variedad de leches limpiadoras. Lo importante es que utilices la adecuada para tu tipo de piel. Podrás conseguir leches limpiadoras faciales, corporales, para pieles sensibles, grasas, secas, mixta y leches caseras.
Ya sea que te maquilles a diario, o no, la leche limpiadora se utiliza tanto para desmaquillar como para limpieza facial. Utilizarla a diario te garantizará una piel limpia, sana, con vida y libre de impurezas, preparándola para los productos posteriores.
Las leches limpiadoras no deben utilizarse en el contorno de los ojos. Para desmaquillarlos deberás utilizar productos específicos para esta zona del rostro.
Para aplicar las leches limpiadoras, lo recomendable es empapar un algodón y pasar de forma suave sobre frente, pómulos, barbilla, cuello y escote. Extiéndela con movimientos circulares desde el interior del rostro hacia fuera, y siempre en sentido ascendente.
No necesitas limpiar todo el rostro con un solo movimiento, puedes hacerlo por partes. Comienza por la frente, después la zona central del rostro, seguido de la barbilla y labio superior, y culmina con el cuello y escote.
Una vez aplicado el producto, retira con agua tibia. Te puedes ayudar con otro algodón limpio, toalla o esponja. Si ves que queda rastro de impurezas puedes repetir el procedimiento de limpieza.
Cuando ya la piel esté limpia, llegó el momento de aplicar un exfoliante para retirar las células muertas. Asegúrate que el exfoliante que utilices equilibre y proteja el manto ácido de tu piel, acelere la renovación celular y aporte luminosidad a tu piel y efecto tensor. Los productos naturales en gel de gelatina de perlas son ideales para cumplir con todos los requisitos.
Culmina tu rutina de belleza aplicando tus tónicos faciales, sérums y cremas hidratantes.
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