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Se conoce como dieta mediterránea al modo de alimentarse basado en algunos patrones de alimentación de los países mediterráneos, especialmente: Albania, España, Italia, Grecia, y Malta.
Las características principales de su cocina son: un alto consumo de vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales), el aceite de oliva como grasa principal, un mayor consumo de aves y pescado que de carnes rojas, y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.
La dieta española es sinónimo de la dieta mediterránea. Ésta consiste en la combinación entre una forma de alimentación y factores relacionados con la cultura mediterránea (vida más tranquila, siesta, ejercicio, etc.). Sin embargo no corresponde a un concepto estrictamente geográfico. Por ejemplo, Portugal y Canarias no están bañadas por este mar y también la tienen.
Aún siendo indudables las ventajas de esta , este hecho no nos debe hacer caer en la creencia de que se trata de una especie de panacea que va bien para todo. Lo que sí podemos concluir es que la dieta mediterránea presenta aspectos muy beneficiosos en la prevención, no sólo de enfermedades cardiovasculares, sino también de otras patologías, entre las que se puede incluir posiblemente algunos tipos de neoplasias.
La dieta mediterránea consiste en
Mensualmente: Carnes rojas (4 porciones).
Semanalmente: Dulces, huevos, papas y carnes blancas (3 porciones), aceitunas, legumbres y frutos secos (3 – 4 porciones), pescado (5 – 6 porciones).
Diariamente: Leche / derivados lácteos (2 porciones), aceite de oliva como principal fuente de grasa, fruta (3 porciones), hortalizas (6 porciones), cereales, pastas y arroz integral (8 porciones), vino con moderación (si no está contraindicado) y actividad física.
2020-10-29
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