Mejora la elasticidad de tu piel con las patas de pollo: cuatro recetas fáciles y económicas

Incorporarlas en la dieta proporciona aminoácidos y nutrientes necesarios para apoyar la síntesis de colágeno

Lunes, 21 de abril de 2025 a las 05:50 am
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El consumo de las patas de pollo no es tan común como puede ser el de la pechuga, los muslos e incluso las alas, sin embargo, esta pieza de proteína es altamente beneficiosa para la salud en general del organismo, incluida la piel.

¿Cómo es esto posible? Según los expertos, consumir patas de pollo puede aumentar la producción de colágeno en el cuerpo, brindando numerosos beneficios para la salud.

Incorporarlas en la dieta proporciona aminoácidos y nutrientes necesarios para apoyar la síntesis de colágeno, la cual mejora la salud de la piel, previene la flacidez, reduce la aparición de arrugas, y mejora la retención de humedad en la piel. También promueve la flexibilidad de las articulaciones, reduce los dolores articulares, fortalece los huesos y los pulmones, y mejoran la digestión.

Además, este alimento rico en colágeno, selenio y zinc, proporciona una forma natural de fortalecer el sistema inmunológico y con ello mejora la salud en general.

 

¿Cómo incluir las patas de pollo en la dieta?

Existen muchas maneras de consumir esta proteína para sacarle el máximo de provecho, como en sopas o guisos. Estas nos son las únicas maneras de consumirlas, y en estas líneas te compartimos otras recetas que pueden servirte de inspiración para crear platos deliciosos, saludables y con muchos beneficios.

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En acción

Cocina Delirante comparte cuatro opciones de cómo elaborar las patas de pollo.

1. Asadas. Para ello, debes sazonarlas con las especias de tu preferencia y después ponerlas a la parrilla o en una sartén, para lograr un exterior crujiente con un interior jugoso.

2. Al horno. Esta preparación necesita sazonar o marinar las patas, para después hornearlas hasta que estén doradas y cocidas.

3. En estofados o guisos. Estas piezas también combinan bien en una buena salsa con cebolla, pimentón, hojas de laurel, y acompañadas de vegetales y otras partes del pollo.

4. Fritas. Esta es una de las preparaciones menos comunes, pero que también funcionan muy bien, puedes sazonar al gusto, empanizar y freír, como lo harías con las alitas de pollo.

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