Los pisos porosos, como el concreto, la piedra natural o los ladrillos, pueden absorber rápidamente el aceite, lo que dificulta su limpieza. Sin embargo, con los métodos adecuados, es posible eliminar la mancha y prevenir daños permanentes.

Seis efectivos pasos
Absorbe el exceso de aceite
Tan pronto como ocurra el derrame, usa papel absorbente, un trapo seco o aserrín para retirar la mayor cantidad posible de aceite sin frotar, ya que esto podría hacer que penetre más en la superficie.
Aplica un absorbente seco
Espolvorea generosamente un material absorbente, como bicarbonato de sodio, harina, arena para gatos o talco, sobre la mancha. Déjalo actuar entre 15 y 30 minutos para que absorba el aceite restante. Luego, barre o aspira el material seco.
Usa un detergente desengrasante
Prepara una mezcla de agua caliente con detergente desengrasante o jabón para platos. Vierte la solución sobre la mancha y frota con un cepillo de cerdas duras o un cepillo de alambre en casos más severos.
Enjuaga con agua caliente
Lava la zona con agua caliente y un trapo o esponja para eliminar los residuos del detergente y el aceite.
Aplica un limpiador especializado
Si la mancha persiste, usa un limpiador específico para aceite en superficies porosas, como un desengrasante industrial o un producto a base de fosfato trisódico (TSP). Sigue las instrucciones del fabricante y usa guantes de protección.
Prevén futuros derrames
Para evitar manchas en el futuro, aplica un sellador impermeabilizante en el piso poroso, lo que reducirá su capacidad de absorción y facilitará la limpieza.
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