El uso de las almohadas es muy importante porque ayudan a conseguir un buen descanso, claro está, siempre y cuando se escoja el diseño anatómico que se requiere para apoyar la espalda, el cuello y la cabeza.
Esta es una herramienta de vital importancia para la salud, ya que ayudan a mantener la alineación de la columna vertebral y a evitar dolores de espalda y cuello. Incluso, mejoran la calidad de sueño y hasta previene problemas respiratorios. En tal sentido, es necesario elegir una almohada adecuada y cambiarla según recomienden los expertos.
¿Cuándo se deben reemplazar las almohadas?
Existen algunas señales que pueden indicarte que llegó el momento de hacer un cambio de esta herramienta, entre las más comunes se encuentran:
- Dolores de cuello y espalda. Si es frecuente que despiertes con estos malestares, debes revisar las almohadas y pensar en cambiarlas.
- Si la almohada está deforme, está manchada o huele mal, no lo pienses, es el momento indicado para deshacerte de ella y comprar otra.
- Cuando la almohada emite sonidos que jamás le escuchaste, está vencida y ya debe ser reemplazada.
- Si notas diminutas partículas blancas en la almohada, es posible que se trate de residuos fecales de los ácaros, por lo que debes deshacerte inmediatamente de ella.
No obstante, puede ocurrir que durante su uso no percibas ninguna de estas señales, pero igual debes sustituirla en un tiempo prudencial.
¿Cuándo cambiar las almohadas?
Según los expertos en la materia, no existe una fecha específica o estándar para realizar el cambio de almohadas, sin embargo, lo mejor es reemplazarlas cada dos años, porque pasado ese tiempo se deforman y deterioran los materiales con los que han sido fabricadas; además, por un tema de salud e higiene.
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