El parto en las perras es un proceso natural, pero requiere atención y cuidados específicos para garantizar su bienestar y el de los cachorros. A continuación, se detallan los cuidados esenciales antes, durante y después del parto.
Cuidados durante el parto
Es importante preparar un área tranquila y cómoda para que la perra dé a luz. Se recomienda un espacio con una caja de parto forrada con mantas limpias y suaves. Durante el parto, es fundamental monitorear a la perra sin intervenir excesivamente. Se debe observar que los cachorros nazcan con intervalos normales (de 15 a 60 minutos) y que la madre los limpie y los estimule para respirar.
Si el parto dura más de lo esperado (más de 24 horas) o si la perra muestra signos de sufrimiento extremo, es recomendable contactar a un veterinario de inmediato. También es crucial asegurarse de que la madre expulse la placenta de cada cachorro para evitar infecciones.
Cuidados después del parto
Una vez finalizado el parto, la madre necesita un ambiente tranquilo y libre de estrés para recuperarse. Debe mantenerse hidratada y con una alimentación de alta calidad que le proporcione los nutrientes necesarios para la lactancia. Existen alimentos específicos para perras en periodo de lactancia que pueden ayudar a mantener su energía y salud.
Es importante vigilar a la madre en busca de signos de complicaciones, como fiebre, secreciones anormales, falta de apetito o rechazo a los cachorros. La mastitis (inflamación de las glándulas mamarias) es una condición común que puede requerir atención veterinaria.
Los cachorros deben permanecer junto a su madre y alimentarse regularmente. Es importante asegurarse de que todos tengan acceso a las mamas y que no haya cachorros rezagados o débiles. Si la madre rechaza a alguno o no produce suficiente leche, se puede recurrir a la leche maternizada para cachorros.
El área donde se encuentra la perra y sus cachorros debe mantenerse limpia y cálida, con una temperatura de aproximadamente 25-30 grados Celsius durante las primeras semanas. Se recomienda cambiar las mantas regularmente y evitar corrientes de aire.
A partir de las tres semanas, los cachorros comenzarán a explorar y se podrá introducir gradualmente el alimento sólido. A las seis semanas, es recomendable una revisión veterinaria para la madre y sus cachorros, asegurando que todos estén en buen estado de salud.
Fotos: iStock / Webconsultas
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