Las proteínas son esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo. Son responsables de la reparación de tejidos, el mantenimiento de la masa muscular y la producción de enzimas y hormonas.
No consumir lo suficiente puede afectar la salud de diversas maneras y aquí te presentamos algunas señales de que podrías estar sufriendo una deficiencia de proteínas.
Pérdida de masa muscular
La proteína es clave para mantener y desarrollar los músculos. Si notas que has perdido fuerza o masa muscular sin razón aparente, podría deberse a una ingesta inadecuada de proteínas. Esto es especialmente común en personas mayores, quienes necesitan suficiente proteína para evitar la sarcopenia (pérdida de masa muscular relacionada con la edad).
Fatiga y debilidad
Si te sientes constantemente cansado o sin energía, una posible causa es la falta de proteínas. Esta ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y proporciona los aminoácidos esenciales para la producción de energía.
Problemas en la piel, cabello y uñas
Las proteínas, como el colágeno y la queratina, son fundamentales para la salud de la piel, el cabello y las uñas. La falta de proteínas puede hacer que el cabello se vuelva más delgado y quebradizo, la piel luzca seca y sin vida, y las uñas sean más frágiles o presenten estrías.
Cicatrización lenta
Si tus heridas tardan más de lo normal en sanar, puede ser señal de una e ser una señal de deficiencia de proteínas. La proteína es crucial para la reparación de tejidos y la regeneración celular.
Susceptibilidad a enfermedades
Un sistema inmunológico debilitado puede ser resultado de una ingesta baja en proteínas. Estas son necesarias para producir anticuerpos y células inmunológicas que protegen contra infecciones y enfermedades.
Aumento del apetito
Si sientes hambre poco después de comer, puede ser porque tu dieta carece de proteínas. La proteína proporciona saciedad y ayuda a reducir los antojos de carbohidratos y azúcares.
Retención de líquidos
La falta de proteínas puede afectar el equilibrio de líquidos en el cuerpo, provocando retención de líquidos e hinchazón, especialmente en piernas, pies y abdomen.
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