BBC Mundo
Cuando se habla de redes sociales pocas veces se menciona a Linkedin. A la mente siempre vienen Facebook, Twitter o Google+.
Ello a pesar de que esta plataforma lleva 11 años en el mercado, durante los cuales ha acumulado 300 millones de usuarios en 200 países y territorios.
Pero los medios y los internautas solemos hablar más de sus rivales ya sea porque tienen más usuarios, porque son más ruidosos o porque, por su naturaleza, dan más de qué hablar.
Desde su creación Linkedin ha sido una red de profesionales en la que la gente se conecta con colegas presentes y pasados mientras construyen un círculo de contactos en su área profesional.
Este foco le ha permitido apoderarse de un nicho de mercado en el que se ha establecido como el jugador dominante. Sus usuarios usan el sitio para mostrar su experiencia profesional, construir una red de contactos u obtener consejos para avanzar en su carrera.
Su avance ha sido global. El 67% de sus usuarios provienen fuera de Estados Unidos y el sitio está disponible en 20 idiomas diferentes.
40 millones de personas en América Latina están suscritas a esta red social. La mayoría provienen de Brasil, 17 millones, y luego de México con 5 millones.
Hay 100 millones de usuarios en Estados Unidos y 6 millones en España.
Y como se trata de un sitio que conecta profesionales con compañías, no es de extrañar que en la plataforma estén registradas 3 millones de empresas.
A pesar de promoverse como una red para profesionales, es esta conexión entre corporaciones e individuos la esencia de Linkedin y, quizá, su talón de Aquiles.
El modelo de negocio de la empresa está centrado principalmente en cobrarle dinero a otras compañías para que encuentren buenos candidatos a puestos de trabajo.
Sólo el año pasado el 58% de sus ingresos llegaron a través de licencias a empresas para usar su software de reclutamiento a fin de encontrar a los candidatos ideales en su plataforma.
El pastel de las ganancias se completa con la publicidad que la red vende en el sitio y la compra de suscripciones a su servicio premium.
En 2013 Linkedin tuvo ingresos por US$1.520 millones y ganancias superiores a los US$26 millones. Para este año los analistas estiman que sus ingresos podrían superar los US$2.200 millones.
Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas. El acento en reclutamiento ha hecho que usuarios y analistas critiquen a la empresa por desperdiciar la oportunidad de enfatizar la construcción de redes sociales en lugar de convertir al sitio en un aparador de logros profesionales.
Otros, bajo la misma óptica, aseguran que la red se está convirtiendo en un campo fértil para el spam y que empresas de mercadotecnia y agentes de empleo abusan del constante envío de mensajes.
El mercado de valores también ha volteado la espalda al sitio en alguna ocasión. Linkedin salió a la bolsa en 2011, pero en este momento el valor de sus acciones es 40% menor a la cotización más alta obtenida, ante dudas sobre su posibilidad de ganar más dinero rápidamente.
Pero a la red social no parecen preocuparle estas percepciones. Sus directores aseguran que quieren que el sitio se convierta en la Gráfica Económica del mundo, en donde uno pueda ver las conexiones y tuberías de todo el mundo profesional.
La red profesional quizá no acapare los mismos reflectores que Facebook pero eso no parece preocuparle pues está centrada en consolidar su posición en un nicho de mercado que no va a desaparecer: el del mundo laboral.
El segmento de usuarios de Linkedin que crece a más velocidad es el de aquellos que recién salen de la universidad. El sitio se garantiza su futuro mientras se convierte en el destino digital predeterminado de quienes inician una carrera.
Es, además, cauto. Mientras Facebook ha adquirido 47 empresas desde su creación y Twitter 29, Linkedin sólo ha comprado 11, incluyendo SlideShare.
Su última adquisición ocurrió esta semana cuando desembolsó US$175 millones (su compra más cara en la historia) por Bizo, una empresa especializada en marketing de negocio a negocio.
Al servir a dos clientelas Linkedin requiere no perder el foco. Por un lado tiene que ofrecer a sus usuarios incentivos para construir su carrera en el sitio (y así alimentar su base de datos) y por el otro cuidar a su clientela corporativa, esa que trae el dinero.
Sus competidores, como Monster, ya están tratando también de construir redes profesionales y no sólo ofertas de empleo.
Por ahora el viento parece soplar en su favor.
2014-07-25