La acidez estomacal es una sensación de ardor en el pecho o la garganta causada por el reflujo del ácido gástrico hacia el esófago. Ocurre cuando el esfínter esofágico inferior, que normalmente evita que los ácidos suban, se relaja o no cierra correctamente. Esto permite que el contenido ácido del estómago regrese al esófago, irritando su revestimiento.
Las causas comunes incluyen el consumo de alimentos grasos o picantes, el exceso de cafeína, el alcohol, el tabaco, el estrés y comer en exceso o justo antes de acostarse. También puede estar relacionada con afecciones como la hernia hiatal o el embarazo.
Por su parte, la migraña es un trastorno neurológico caracterizado por dolores de cabeza intensos, generalmente pulsátiles, que pueden durar horas o incluso días. Suele estar acompañada de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido. En algunos casos, se presenta con alteraciones visuales o sensoriales previas al dolor.
Bicarbonato para eliminar acidez y migraña
La buena noticia es que ambas dolencias se pueden aliviar con el uso de un ingredientes natural, que todos tenemos en casa y de muy fácil acceso, nos referimos al bicarbonato.
Este compuesto alcalino es ampliamente utilizado como antiácido para neutralizar la acidez estomacal. Actúa reaccionando con el ácido del estómago, generando agua, sal y dióxido de carbono, lo que ayuda a elevar el pH y aliviar molestias digestivas como el ardor o la indigestión.
Se presenta en forma de polvo o pastillas y se consume vía oral entre una y cuatro veces al día. Para aliviar la acidez, se recomienda tomarlo entre una y dos horas después de las comidas, siempre disuelto en un vaso grande de agua. Se aconseja no usarlo por más de dos semanas continuas sin supervisión médica, y consultar con un profesional si los síntomas persisten.
No solo sirve para aliviar malestares estomacales, sino que también puede ser utilizado para aliviar dolencias de migraña, ya que ofrecer alivio temporal para estas molestias asociadas a náuseas o dolor de cabeza. Una dosis común es media cucharadita disuelta en un vaso de agua, bebida lentamente. Aunque no es un tratamiento definitivo, puede ser útil de forma ocasional.
Es fundamental tener precaución con el consumo excesivo, ya que este puede derivar en efectos adversos como gases, náuseas, debilidad muscular, desequilibrio electrolítico, retención de líquidos, problemas renales o respiratorios. Por ello, antes de utilizarlo, se debe informar al médico sobre cualquier medicación previa y condiciones como hipertensión, insuficiencia cardíaca o renal, o embarazo.
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