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Desde el siglo XVI la berenjena se consume en España de manera habitual. Después se empezó a consumir en Francia. Fue una de las verduras predilectas de Luis XIV, el Rey Sol, quien gobernó con mano de hierro.
Esta verdura se define como un fruto carnoso de la familia de las solanáceas que puede presentarse de dos formas: una alargada y otra globosa. La piel tiende a ser morada. Tiene una pulpa blanca y carnosa, dentro de la cual se encuentran algunas semillas blandas que no es preciso eliminar. Por lo general, las berenjenas más sabrosas son las más tiernas y firmes, pequeñas de unos 5-8 centímetros de diámetro, con la piel lisa y brillante. El color, varía según el tipo, debe ser siempre uniforme, sin manchas, arrugas, ni zonas blandas. También el peciolo debe estar verde y entero. Al tratarse de un alimento perecedero, conviene consumirlas cuanto antes, aunque se pueden conservar en buenas condiciones durante 5 o 6 días en el cajón de las verduras de la nevera. Nunca se deben envolver en film transparente, pues impide su respiración. Además, se aconseja consumir las berenjenas con su piel, ya que es ahí donde se encuentra la mayoría de los nutrientes, que no son pocos.
Aliadas de las dietas
Son ricas en vitamina A, B, C; también en calcio, cobre, magnesio, fósforo, potasio, zinc y bioflavonoidos. Poseen propiedades laxantes, actúan como calmantes del sistema nervioso, estimulan las funciones del hígado y del páncreas. Sus hojas son utilizadas de manera externa como antiinflamatorias, ayudan a aliviar problemas de la piel, incluyendo las quemaduras. Cuando la berenjena está verde es altamente tóxica. Se recomienda incluirla en dietas de adelgazamiento ya que aporta solamente 21 calorías por 100 gramos; es rica en fibra. La mejor manera de consumirla es guisarla al horno en combinación con cebolla, ajo, u otras hortalizas a las que realza el sabor. Es muy apetitosa cuando se come frita, pero por su peculiar textura absorbe mucho aceite.
Cómo pelarlas
Las deliciosas berenjenas, siempre tan socorridas, resultan mucho más fáciles de pelar si antes de hacerlo las envuelves en papel de aluminio y las calientas por todos sus lados en la hornilla. También resulta muy eficaz hornearlas a fuego fuerte durante unos 10 minutos.
Al freír las berenjenas, sueltan tanta agua que acaban cociéndose. Lo podrás evitarse de una forma muy sencilla; échales sal por encima, una vez peladas y partidas, y déjalas sudar durante un rato.
Berenjenas en salsa de miel
Ingredientes:
2 dientes de ajo
1 manojo de albahaca
1 manojo de perejil
1/4 de taza de aceite de oliva
1/2 taza de queso parmesano
1/4 taza de queso crema
150 gramos de queso mozzarella
1 tomate semimaduro
1/4 taza de pan rallado blanco
1 berenjena grande
1/4 taza de miel
1/2 taza de salsa de soya
1 1/2 limón
Palillos
Sal y pimienta
Preparación
1 En un bol con agua, se agregan 2 cucharaditas de sal y el zumo de 1 limón. Se rebanan finamente las berenjenas y se colocan en el bol anterior, se dejan reposar por 30 minutos.
2 Aparte, se forma una pasta con los dientes de ajo, y se sofríe por 1 minuto, luego se aparta y se deja enfriar, cuando esté frío se le agrega el queso parmesano, el aceite de oliva y se mezcla. Después se le agrega el perejil y la albahaca finamente picados, y se sigue mezclando. Seguidamente, se le añade el queso crema y se forma una pasta, adicionando poco a poco el pan rallado para dar la consistencia deseada, reservar.
3 Transcurrido los 30 minutos, retiramos las berenjenas del bol, y las lavamos con abundante agua, luego las secamos y las colocamos estiradas en una bandeja, le untamos la mezcla que preparamos, luego le ponemos dados (de 1 x 4 cm) de queso mozzarella, y tomate cortado en cuadritos, enrollamos las berenjenas y las pinchamos con palillos, para que no se desenrollen.
2020-09-12
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