Desde la antigüedad países como Egipto, Grecia, India y China usan la técnica de la cromoterapia desde el principio básico que el color no es más que luz, y la luz es energía y la energía es capaz de activar o sedar.
Elegir un buen color en las paredes de la casa es la clave no solo para embellecer los espacios y crear ambientes nuevos, estos también influyen en el estado de ánimo y emocional. No olvidemos que los colores son muy subjetivos y que muchas veces la percepción no es la misma para todo el mundo. Sin embargo existen ciertas referencias básicas del significado de usar algunos colores en la decoración del hogar.
Azules: son colores discretos, en su tonalidad más celeste crea una sensación de amplitud. Los azules intensos usados muchas veces en las paredes de la sala resultan refrescante y llamativo. Los azules suaves son perfectos para la habitación del bebé.
Blanco es neutro. Da sensación de amplitud en la zona donde se pinte y aporta más luz, transmite tranquilidad, frescura y facilita la concentración. Es ideal para las habitaciones y sala.
Verde: transmite bienestar, confianza y es asociado a la salud y la esperanza. Usar este color en el baño en su tono más suave puede crear un ambiente de confort y relax.
Amarillo: Aunque muy poca gente decora las paredes con este tono es un color muy energético, infunde vitalidad y favorece el optimismo. Además de ofrecer un ambiente luminoso puede combinarse con el blanco. Es usado básicamente para decorar la cocina.
Rojo: Este es un color que se debe usar con cautela, sin embargo le decimos que es en definitiva el tono que transmite más dinamismo, estímulo y calor. Suele destinarse a espacios para decorar la cocina y áreas amplias.
Negro es sinónimo de elegancia, poder y modernidad. Puede tener un efecto de sofisticación y nerviosismo. Se usa como color de acento, a veces puede que el color negro de la sensación de reducir el espacio.
Para mantenerte informado sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online