El esguince de tobillo es una lesión que se produce cuando el tobillo gira, se dobla o se flexiona de forma no natural.
Este es el problema traumático más frecuente en las piernas no solo de adultos, incluso en los niños.
Si alguna vez tu hijo luego de jugar fútbol, saltar en el parque o correr en el patio del colegio, se queja de un dolor en el pie, no te descuides pues lo que parece ser un simple doblez del pie, puede resultar en algo más delicado.
Esguince de tobillo
Los esguinces son lesiones de los ligamentos que unen los huesos entre sí. Se producen cuando la articulación del tobillo gira demasiado en una dirección determinada, dando lugar a que los ligamentos se estiren demasiado o se desgarren.
Este incidente causa inflamación, dolor y limitación de la amplitud de movimiento; y según el grado de la lesión se puede tratar en casa con reposo, compresas de hielo y analgésico; no obstante, los esguinces repetidos pueden necesitar asistencia médica.
Ejemplo, cuando los ligamentos sufren una distensión o estiramiento conservando su estructura, se trata de esguinces de grado I. Si sufren desgarros parciales son de grado II; y si son completos, existe rotura, es de grado III.
En niños
Aunque en la mayoría de los casos se habla de esguince entre los adultos, también son característicos en niños mayores y adolescentes; ya que en edades próximas a la pubertad se produce un aumento de la elasticidad y un incremento de las prácticas deportivas y actividades de riesgo.
En niños más pequeños los esguinces son menos frecuentes debido a que los ligamentos son más fuertes que las líneas de crecimiento de los huesos por donde se favorecen las fracturas.
Partiendo de ello, se puede decir que el factor de riesgo que más favorece sufrir un esguince de tobillo es haber tenido uno previamente.
Síntomas
– Dolor
– Inflamación
– Inestabilidad de la articulación
– Dificultad para soportar el peso del cuerpo
– Bulto en la zona del tobillo
– Hematoma
– Dificultad para mover el pie en ciertas direcciones por la inflamación
Consulta al médico
Como señalamos anteriormente, dependiendo de la magnitud de la lesión se puede tratar en casa; no obstante, se sugiere consultar al médico cuando:
– Exista deformidad aparente de la articulación.
– Se presente dolor en los bordes óseos palpables.
– El tobillo esté inestable.
– No pueda apoyar peso sobre la pierna del tobillo lesionado.
– Exista un hematoma importante inmediato, que puede orientar hacia los grados más avanzados de la lesión por desgarro de los ligamentos.
Tratamiento
Especialistas recomiendan aplicar frío local sobre la zona para tratar la inflamación de forma intermitente durante al menos 6 horas después de la lesión.
También se debe colocar compresión leve con vendaje o tobillera elástica, que ayude a reducir la inflamación y sostener el tobillo.
Estar en reposo y elevar la pierna afectada por encima del nivel del corazón favorece el retorno venoso.
Además, se puede tomar algún medicamento como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor.
Es necesario consultar con el pediatra antes de suministrar cualquier otro medicamento.
De interés
No está contraindicada la movilización pasiva precoz de la articulación en los casos leves (grado I), ayudando con una muleta en las 48 primeras horas cuando el dolor lo permita.
Sólo se inmovilizan los de grado II y III, generalmente durante unas tres semanas para que esté en reposo y retorne a su lugar.
Consecuencias
La mayoría de los esguinces leves (grado I-II), se curan en una o dos semanas. Los más graves pueden precisar entre tres y seis semanas. Sin embargo, las molestias pueden durar más tiempo.
En algunas ocasiones queda cierta hinchazón que se va reabsorbiendo con el tiempo, y cuándo se producen esguinces de repetición pueden dar lugar a un tobillo inestable, por ejemplo.
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¿Se puede prevenir?
Calentar los músculos y estirar los ligamentos antes de hacer ejercicio es la mejor prevención.
De igual manera se sugiere prestar atención en terrenos desiguales y usar calzado adecuado para la actividad que va a realizar; además, mantener fuerza, balance muscular y flexibilidad acorde al ejercicio que se llevará a cabo.
De vuelta a la actividad
El niño puede volver a realizar sus actividades cotidianas y hacer deporte en el momento que recupere su total libertad de movimiento, es decir, cuando recobre la fuerza del tobillo.
Es imprescindible que la recuperación sea completa para evitar correr el riesgo de padecer una nueva lesión en el tobillo.
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2022-03-22
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