Tanto el ictus como el infarto son emergencias médicas que requieren atención inmediata. Si bien comparten algunas similitudes en sus síntomas y factores de riesgo, es fundamental comprender sus diferencias para un diagnóstico y tratamiento oportunos. En este artículo, analizaremos las distinciones clave entre estas dos condiciones de salud.
¿Qué es un ictus?
Un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o disminuye significativamente. Esta interrupción puede deberse a un coágulo sanguíneo que bloquea una arteria (ictus isquémico) o a la ruptura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). El tejido cerebral privado de oxígeno y nutrientes comienza a morir rápidamente, lo que puede ocasionar daños neurológicos permanentes o incluso la muerte.
¿Qué es un infarto?
Un infarto, también conocido como ataque cardíaco, se produce cuando el flujo sanguíneo al músculo cardíaco se bloquea. Este bloqueo generalmente es causado por la acumulación de placa grasa en las arterias coronarias, lo que restringe el paso de la sangre. Al igual que en el ictus, la privación de oxígeno al tejido cardíaco puede provocar daños irreversibles e incluso la muerte.
Diferencias clave entre ambas
- Ubicación: el ictus afecta al cerebro, mientras que el infarto afecta al corazón.
- Causa: el ictus se debe a la interrupción del flujo sanguíneo cerebral, mientras que el infarto se debe a la obstrucción del flujo sanguíneo cardíaco.
- Síntomas: Los del ictus pueden incluir entumecimiento o debilidad repentina en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender, problemas de visión y mareos o pérdida del equilibrio. Los síntomas del infarto pueden incluir dolor en el pecho, dificultad para respirar, náuseas y sudoración.
- Factores de riesgo: para ambos incluyen la presión arterial alta, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y la falta de actividad física. Sin embargo, algunos factores de riesgo son más específicos para cada condición. Por ejemplo, la fibrilación auricular aumenta el riesgo de ictus, mientras que la enfermedad coronaria aumenta el riesgo de infarto.
Prevención y tratamiento
Tanto el ictus como el infarto se pueden prevenir en gran medida adoptando un estilo de vida saludable, controlando los factores de riesgo y siguiendo las recomendaciones médicas. En caso de que se produzca una de estas emergencias, la atención médica inmediata es crucial para minimizar el daño y mejorar las posibilidades de recuperación.
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