La muerte de Ozzy Osbourne a los 76 años conmocionó a la industria musical, desatando una ola de homenajes de leyendas como Elton John, quien lo definió como "un gran pionero que aseguró su lugar en el panteón de los dioses del rock" y "una de las personas más divertidas". Tony Iommi, guitarrista de Black Sabbath, confesó a la BBC: "Fue un shock terrible... no esperábamos que falleciera, pero no se veía bien desde hacía tiempo", refiriéndose a su lucha contra el párkinson y secuelas de accidentes. Bill Ward, baterista de la banda, plasmó su dolor en redes: "¿Dónde te encontraré ahora? En los recuerdos, en nuestros abrazos no expresados...".
Tan solo 17 días antes de su partida, Osbourne cerró su trayectoria en un histórico concierto en Birmingham, su ciudad natal, reunido con la alineación original de Black Sabbath. Acompañado por Metallica, Guns N’ Roses y Slayer, el "Príncipe de las Tinieblas" deslumbró a 42.000 asistentes desde un trono tallado, pues ya no podía caminar debido a su deterioro físico. "Él no podía hacer mucho físicamente, pero emocionalmente nos lo dio todo", relató el guitarrista Mao Kanto, destacando cómo el público "enloquecía al verlo intentar pararse". Los fans convirtieron el mural de la banda en un santuario improvisado con flores, bufandas del Aston Villa (su equipo amado) y notas de agradecimiento.
¿Cómo cambiará la música sin su "Padrino"?
La pregunta resuena en cada tributo: Metallica declaró que Ozzy fue "héroe, ícono, pionero, mentor y amigo", añadiendo que "transformó nuestras vidas" al darles oportunidades en el Ozzfest cuando eran desconocidos. Mike McCready de Pearl Jam recordó cómo "su voz lo transportó a un universo oscuro" en su juventud, mientras Aerosmith subrayó que "redefinió lo que significaba tocar música pesada". Su papel como descubridor de talentos —desde Mötley Crüe hasta Slipknot— y su doble inducción al Salón de la Fama del Rock consolidan su título de "Padrino del Heavy Metal", aunque él mismo restaba importancia al epíteto.
Homenajes que trascienden el escenario
Artistas convirtieron sus shows en altares vivientes: Lady Gaga portó una camiseta de Osbourne en San Francisco, y Chris Martin de Coldplay dedicó su concierto en Nashville "al increíble, genial talento" del rockero. En redes, Jason Momoa publicó: "Te amo, Ozzy... Descansa en paz", y Marilyn Manson lo llamó "héroe genuino". Mientras su familia —incluida su esposa y mánager, Sharon— recibe condolencias, el documental de su último show, No Escape From Now, prepara un estreno póstumo en Paramount+ como testamento final de su Legado Eterno.
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