Este superalimento en el mundo de la nutrición, también ha ganado popularidad como ingrediente en el cuidado de la piel. Este polvo fino es rico en antioxidantes, vitaminas y minerales que ofrecen múltiples beneficios al ser aplicado de forma tópica. Nos referimos al té verde japonés, matcha.
Su uso en el skincare es ideal para quienes buscan soluciones naturales y efectivas para una piel más sana, luminosa y equilibrada.
Uno de los principales beneficios del matcha es su alto contenido de antioxidantes, en especial las catequinas, como la EGCG (epigalocatequina galato). Estos compuestos combaten los radicales libres, que son responsables del envejecimiento prematuro de la piel.
Gracias a esto, el matcha ayuda a reducir la aparición de líneas de expresión, arrugas y manchas causadas por el sol y otros factores ambientales.
Además, el matcha posee propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, lo que lo convierte en un excelente aliado para pieles propensas al acné o la irritación. Su capacidad para calmar la piel inflamada y reducir el enrojecimiento lo hace ideal para personas con piel sensible. También ayuda a equilibrar la producción de sebo, lo que previene brotes y mantiene los poros limpios.
Otro beneficio importante es su contenido de clorofila, un pigmento natural con propiedades desintoxicantes. La clorofila ayuda a purificar la piel eliminando toxinas, lo que se traduce en un rostro más claro, uniforme y revitalizado. El matcha también contiene vitaminas A, C y E, que nutren la piel y estimulan la producción de colágeno, mejorando la firmeza y elasticidad.
¿Cómo hacer una mascarilla facial de matcha?
El matcha no solo embellece la piel, sino que también proporciona una experiencia relajante y revitalizante para tu rutina de cuidado personal.
Ingredientes
1 cucharadita de polvo de matcha
1 cucharadita de miel natural (opcional para hidratar y suavizar)
Unas gotas de agua o yogur natural (hasta lograr una textura pastosa)
Preparación
- En un recipiente pequeño, mezcla el matcha con la miel.
- Añade lentamente el agua o el yogur hasta obtener una pasta homogénea.
- Aplica la mascarilla sobre el rostro limpio, evitando el área de los ojos.
- Deja actuar durante 10 a 15 minutos.
- Enjuaga con agua tibia y seca con una toalla suave.
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