Enseñar a un niño a dormir solo en su cama puede ser un proceso desafiante, pero con paciencia y constancia, es posible lograrlo. Lo más importante es crear una rutina y ambiente que le brinde seguridad y confianza. Aquí te explicamos algunos pasos clave para facilitar este proceso.
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Primero, establece una rutina nocturna consistente. Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar. Comienza con actividades relajantes como un baño tibio, leer un cuento o escuchar música suave. La rutina debe ser la misma todas las noches para que el niño asocie estas actividades con la hora de dormir.
Es fundamental que el ambiente del cuarto sea tranquilo y acogedor. Usa una luz nocturna suave si tu hijo tiene miedo a la oscuridad y asegúrate de que el espacio sea seguro y cómodo. Permite que elija una manta o peluche especial para dormir, lo cual puede darle una sensación de compañía.
Una vez en la cama, es recomendable que te quedes con él por un corto periodo, pero no hasta que se duerma completamente. Esto ayudará a que se acostumbre a estar solo gradualmente. Si llora o se levanta de la cama, manten la calma. Regrésalo suavemente a su cama y explícale que debe dormir allí, usando un tono firme pero cariñoso. La constancia es clave en este punto.
También es útil premiar su esfuerzo. Usa un sistema de recompensas para motivar su progreso. Por ejemplo, alabarlo o darle una pequeña recompensa al despertar por haber dormido en su cama toda la noche.
Es importante recordar que cada niño es diferente, y algunos pueden tardar más que otros en adaptarse a este cambio. Lo más importante es ser paciente, evitar ceder a la tentación de permitirle dormir contigo y brindarle seguridad durante el proceso.
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