Prevenir el olor a humedad en las toallas es esencial para mantenerlas frescas y prolongar su vida útil. Aquí te explicamos algunos pasos sencillos para evitar ese molesto olor.
Lavado adecuado
Lava las toallas con regularidad, especialmente después de varios usos. Utiliza agua caliente para eliminar mejor la acumulación de suciedad, grasa corporal y bacterias. Evita sobrecargar la lavadora para asegurarte de que el agua y el detergente puedan circular adecuadamente entre las fibras.
Evitar el exceso de detergente y suavizante
Aunque pueda parecer que más detergente dejará las toallas más limpias, en realidad puede causar una acumulación en las fibras, atrapando humedad y bacterias, lo que genera mal olor. Usa la cantidad recomendada o incluso un poco menos, y evita los suavizantes, ya que estos pueden cubrir las fibras y reducir su capacidad de absorción.
Vinagre y bicarbonato
Una vez al mes, lava las toallas con vinagre blanco destilado en lugar de detergente para eliminar los residuos acumulados. Luego, haz un segundo ciclo de lavado con bicarbonato de sodio para neutralizar cualquier olor persistente. Este truco natural ayuda a mantener las toallas frescas y limpias.
Secado completo
Asegúrate de secar completamente las toallas después de lavarlas. Colgarlas al aire libre bajo el sol es ideal, ya que la luz solar actúa como desinfectante natural. Si usas una secadora, no las retires hasta que estén completamente secas, ya que la humedad residual puede generar moho.
Ventilación adecuada
Entre usos, cuelga las toallas en un lugar bien ventilado para que se sequen por completo. Evita dejarlas amontonadas o en espacios cerrados y húmedos, como el baño sin ventilación, ya que esto fomenta el crecimiento de hongos y bacterias.
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