Las mascotas pueden enfermarse tal cual como los humanos, incluso, presentan muchas veces síntomas similares; no obstante, se debe prestar mucha atención para atenderlas lo antes posible porque no tienen cómo expresar dichas molestias.
La deshidratación en los perros, por ejemplo, se presenta a causa de una enfermedad que reduce su ingesta de agua, a cuadros de diarrea y vómitos, olas de calor, entre otros.
Para que no te tome por sorpresa un cuadro de esta naturaleza, te señalamos algunos síntomas y así evitar que se agrave y perjudique la salud del perro.
Síntomas
– Boca y legua seca
– Fatiga
– Orina poco frecuente y oscura
– Debilidad
– Palidez
– Ojos hundidos
– Piel arrugada o flácida
– Pérdida de peso
– Cuerpo frío
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Formas de identificarlo
1. Observar y percatarse de cuánto tiempo se tarda en recuperarse la piel de la nuca luego de estirarla. Si no vuelve a su estado normal rápido o permanece arrugada, está deshidratado el animal.
2. Separa el labio inferior del canino y presiona la encía, si permanece pálida y hundida, está deshidratado.
Cachorros
Cuando es un cachorro el que presenta el cuadro de deshidratación, se debe actuar con mucha más rapidez y llevar de urgencias al veterinario porque son más vulnerables y pueden llegar a fallecer en cuestión de horas.
Recomendaciones
En caso de presentar uno o varios síntomas, y sospechar que tu perro está deshidratado, lo ideal es que lo lleves de inmediato al veterinario para que lo evalúe; lo más probable es que le receten un suero específico de no ser muy grave el asunto. También puede que amerite una hospitalización para mantenerlo en observación e hidratarlo a través de una vía.
Debes evitar darle medicamentos sin antes consultar con el especialista porque pones en riego su salud.
Prevenir la deshidratación
– Es fundamental que siempre se le suministre agua limpia y fresca, especialmente en los días que hace mucho calor. Además, debe verificar que el bebedero no se pueda volcar y así garantizar que siempre tenga agua a su disposición.
– Evitar dejarlo encerrado en un automóvil y exponerlo al sol durante las horas que hace más calor.
– Durante los días más calurosos o luego de haber pasado una enfermedad, ofrecerle cubos de hielo o alimentarlo con caldos para reponer líquidos.
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