Una cena antiinflamatoria es una comida diseñada para reducir la inflamación en el cuerpo, un proceso natural que en exceso puede contribuir a diversas enfermedades crónicas. La inflamación, aunque esencial para combatir infecciones y sanar heridas, puede volverse perjudicial cuando es constante y leve, lo cual ocurre con una dieta deficiente y un estilo de vida sedentario.
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Incorporar alimentos antiinflamatorios en la cena es especialmente beneficioso porque ayuda a mejorar la calidad del sueño y la recuperación del organismo durante la noche, ambos elementos esenciales para un sistema inmune fuerte.
¿Qué cenar?
Una cena antiinflamatoria típica incluye ingredientes ricos en antioxidantes, grasas saludables y alimentos bajos en azúcar y en carbohidratos refinados. Los pescados grasos como el salmón o las sardinas, por ejemplo, aportan ácidos grasos omega-3, conocidos por reducir marcadores inflamatorios en el cuerpo.
Los vegetales de hoja verde, como la espinaca o el kale, son ricos en antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas inestables que promueven la inflamación celular. Los pimentones, los tomates y las zanahorias son fuentes de vitamina C, un potente antioxidante que favorece la reparación de tejidos.
La inclusión de especias como el jengibre y la cúrcuma es otro componente importante, ya que estos ingredientes contienen compuestos bioactivos con efectos antiinflamatorios potentes. La cúrcuma, en particular, contiene curcumina, que actúa inhibiendo varias moléculas proinflamatorias en el cuerpo. Otro ingrediente que se recomienda incluir es el aceite de oliva extra virgen, rico en oleocantal, un compuesto que se comporta de forma similar al ibuprofeno en la reducción de la inflamación.
Más allá de una salud gástrica
Además de los beneficios físicos, una cena antiinflamatoria contribuye al bienestar mental, ya que ciertos ingredientes pueden mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Comer de manera consciente y antiinflamatoria puede también contribuir a una mejor digestión y equilibrio hormonal, factores esenciales para reducir el estrés y la ansiedad.
Adoptar una dieta antiinflamatoria regularmente, incluso desde la cena, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y artritis, entre otras.
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