Toda persona mayor de treinta años debe conocer sus niveles de presión arterial, debido a que en la mayoría de los casos no da síntomas. Se considera que existe una crisis hipertensiva, cuando se detecta en tres oportunidades diferentes, una presión arterial mayor o igual a 140/90.
La hipertensión es una de las enfermedades crónicas más comunes. Si no es controlada, puede generar consecuencias sobre el aparato cardiovascular, accidentes cerebrovasculares, infartos o insuficiencia renal. En general los factores que favorecen su aparición son la obesidad, la herencia, el sedentarismo, el consumo excesivo de sal y alcohol. Lo más importante es diagnosticar su presencia y controlarla.
El tratamiento de la hipertensión arterial se basa en los siguientes puntos:
1. Sin sobrepeso. El adelgazamiento se recomienda a todos los pacientes con kilos demás. La medida puede evitar o reducir la necesidad de medicación. Además, mejora el perfil lipídico y los niveles de azúcar en la sangre, y el ácido úrico. La obesidad del tronco se asocia a una mayor mortalidad coronaria.
2. Hipertensión controlada. Se requiere una alimentación adecuada, ejercicios físicos y el uso apropiado de los medicamentos recetados para tal fin. Como es una enfermedad crónica, no se debe abandonar el tratamiento. Aunque no tengas síntomas, el control de la presión disminuye la posibilidad de que aparezcan las complicaciones sobre los otros órganos.
3. Evitar el consumo de sal. Una dieta con bajo contenido de sodio (sal) ayuda a controlar la presión arterial. Utilice mayormente alimentos frescos, con una dieta rica en verduras, frutas, cereales, granos y legumbres. Lea la información de los envases acerca del contenido de sodio de los alimentos (no debe ser mayor al 20%). Evita agregar sal a las comidas.
4. No excederse con el consumo de alcohol. El consumo de alcohol debe reducirse a lo más una copa de vino (hasta 30 ml) o menos, al día. El mismo posee un efecto vasopresor directo sobre las pequeñas arterias, y causa hipertensión arterial. Conviene que todos los pacientes hipertensos moderen su consumo de alcohol.
5. Ejercicio. Un programa de ejercicio aeróbico ayuda a fortalecer el corazón, a bajar peso y a controlar la presión arterial; además, disminuye el colesterol y los triglicéridos, mejora el colesterol y baja el riesgo de diabetes. Se debe realizar un ejercicio adecuado para cada edad y cada persona, por ello la realización de media hora de caminatas rápidas, 2 o 3 días por semana, es suficiente para la mayor parte de las personas.
6. Ingerir frutas y vegetales. Es recomendable el aumento del aporte cotidiano de frutas, verduras y legumbres, llegando a 5 porciones diarias, para mejorar la ingesta de potasio y magnesio. El aumento del aporte de calcio es más discutido. Estas medidas se asociaron en la dieta DASH, que mostró reducciones en los hipertensos del orden de 10/5 mm Hg.
7. Reducir el estrés. Es uno de los factores de riesgo que predisponen la hipertensión arterial; por lo tanto, procure tener tiempo para hacer cosas que le gusten y le relajen. No se disguste ni estrese por cosas triviales, mantenga un ritmo de vida tranquilo. Realizar respiraciones de relajación o yoga, es una buena opción.
8. Controlar el consumo de café. Esta sustancia tienen un efecto transitorio en el aumento de la presión arterial.
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