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En las nuevas tiendas de la diseñadora Rebecca Minkoff de Los Ángeles y Nueva York, los clientes son recibidos por un espejo interactivo desde el que pueden pedir una bebida, elegir la ropa que desean y ordenar que se la lleven al probador.
Una vez allí, si la combinación elegida no le convence o necesita otra talla, podrá pedir las nuevas prendas y recibirá, además, sugerencias personalizadas. Esta experiencia, además, se irá enriqueciendo a medida que los clientes repitan sus visitas a la tienda, puesto que sus datos quedan registrados.
Igualmente tienen también la opción de encargar todo lo que se han probado para comprarlo después online en lugar de llevárselo en ese momento.
Uri Minkoff, hermano de la diseñadora y principal impulsor de estas innovaciones, aseguró a la revista Fortune que, gracias a la inclusión de la tecnología, la compañía ha aumentado en un 50% sus ventas. Los siguientes pasos para hacer avanzar el comercio electrónico de ropa, afirma, será incluir escáneres inteligentes y tecnología en 3D./One
27-03-2016