El romance veraniego que enamoró al mundo entre Liam Neeson y Pamela Anderson, protagonistas de la nueva comedia The Naked Gun, podría ser en realidad un elaborado montaje de relaciones públicas. Según reveló TMZ, la pareja no se habría visto fuera del set desde que terminó el rodaje en junio de 2024 hasta la gira promocional de julio de 2025, y sus románticas apariciones públicas —incluyendo declaraciones sobre muffins horneados por Anderson para Neeson— serían parte de una estrategia orquestada por Paramount y sus equipos de relaciones públicas. Fuentes cercanas a la producción afirmaron que sus interacciones eran "estrictamente profesionales, cero romance", desmontando la imagen de complicidad que habían proyectado en programas como Today Show o Watch What Happens Live.
¿Amor real o marketing?
Sin embargo, la revista People mantiene su postura inicial: insiders cercanos a los actores aseguran que la conexión es genuina y que ninguno de ellos necesitaría recurrir a una farsa publicitaria. "Todo entre ellos es auténtico. Ninguno participaría en un montaje; se divierten juntos y no necesitan la publicidad", defendió una fuente. La contradicción entre ambos medios ha dejado a los fans en un limbo, cuestionando si los besos y miradas cómplices eran actuaciones merecedoras de un Óscar.
Este supuesto "fauxmance" —término que combina "falso" y "romance" en la jerga de Hollywood— no es un caso aislado. La industria tiene una larga historia de relaciones fabricadas para promocionar proyectos o proteger imágenes públicas. En los años 50, el estudio de Rock Hudson forzó su matrimonio con la secretaria Phyllis Gates para ocultar su homosexualidad, un secreto que se mantuvo durante décadas con la complicidad de colegas como Elizabeth Taylor.
Más recientemente, Taylor Swift y Tom Hiddleston —apodados "Hiddleswift"— fueron acusados de simular su relación en 2016 para desviar la atención de la mala prensa de Swift tras su conflicto con Kanye West y Kim Kardashian, mientras Hiddleston buscaba mayor relevancia para sus proyectos. Incluso el actual compromiso de Swift con Travis Kelce ha enfrentado rumores de ser una estrategia de marca, aunque sus equipos lo niegan.
Una estrategia de años
Carla Speight, agente de celebridades, lo explica: "Son como una partida de ajedrez: todo debe estar orquestado, desde las vacaciones hasta la ropa, para que la ilusión funcione". El objetivo puede ser promocionar una película, proteger una carrera o reinventar una imagen, pero el riesgo es claro: cuando la verdad sale a la luz, el daño a la credibilidad de los involucrados puede ser irreversible.
En el caso de Neeson y Anderson, la duda persiste. Mientras The Naked Gun recauda 89 millones de dólares —duplicando su presupuesto—, los fans se preguntan si su conexión era real o solo el guion perfecto para un verano de titulares. Hollywood, una vez más, demuestra que en el amor y el cine, la frontera entre realidad y ficción es difusa.
Visite nuestra sección Farándula
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube