Jorge Ruiz Cano, de 41 años de edad, tiene más de una década trabajando como animador en Disney. El maracayero aparece en créditos de películas reconocidas de la Casa del Ratón como Frozen, Grandes Héroes, Zootopia, Raya y el último dragón, Ralph, el demoledor, Encanto, Moana 1 y 2, en las que trabajó en el departamento de animación de personajes.
La secuela de la navegante polinesia, que se aventura a los mares de Oceanía en busca de nuevas tierras tras un llamado de sus antepasados, superó este fin de semana los 700 millones de dólares en taquilla global, lo que la convierte en una de las cintas más taquilleras del año, detrás de Intensamente 2, Deadpool & Wolverine y Mi villano favorito 4.
El rol del venezolano en Moana 2, y en muchas de las cintas en las que ha participado, es darle vida a los personajes. Más allá de la apariencia, Ruiz Cano es el responsable de cada movimiento, cada paso y cada gesto que da el personaje y que lo hace único. “Nadie camina como Moana, nadie se mueve como Moana. Es única”, dice el animador.
Jorge Ruiz Cano no se encargó de animar a un solo personaje, trabajó por secuencias o grupos de planos, lo que le permitió participar en todos.
Aunque reconoce que siente más afinidad con personajes como el cerdito Pua o el gallo Heihei, ambos mascotas de Moana, disfruta poder animar todo tipo de personajes. “Una secuencia puede tener 15 animadores y cada uno puede elegir seis o siete planos.
Dependiendo de tu afinidad con los personajes, se va a notar cuáles tienen más de ti y eso va a hacer que te asignen más shots de ellos. A mí me encanta ser medio camaleónico, no tener un tipo de personaje o shots. Me encanta que me den personajes y me diga: ‘Jorge, dele que son pasteles’”.
En esta entrega de Moana, más allá de los elementos tecnológicos para que las animaciones fueran más realistas, el gran reto para Ruiz Cano fue la presión que, asegura, se impuso el equipo de animadores, que desarrolló todas las animaciones en seis semanas, para cumplir con las expectativas de todos.
“Desde el punto de vista tecnológico hubo muchos retos. Todo fue súper loco porque imagínate otra vez ese poco de agua, ese poco de mar.
El cabello de Moana también fue una locura y todas las cuerdas y velas de las canoas también fue un tema con todo el equipo de tecnología.
Desde otro punto de vista, creo que fue un reto la autopresión que tuvimos como equipo porque sabemos lo que significa Moana para la audiencia. Era mucha responsabilidad”.
Para el animador venezolano es importante tener una conexión con los personajes, conocer su historia, de dónde vienen y lo que los hace como son. Siente más afinidad con las historias de resiliencia, como por ejemplo la de Moana.
“Mis gustos cambian muchísimo, pero generalmente me encantan las historias de misterio, romance, pero sobre todo resiliencia. Me fascinan esas historias inspiradoras”.
Jorge Ruiz Cano se siente bien trabajando en Disney, es como un segundo hogar para él. Es un espacio (asegura) en el que lo animan y celebran sus libertades creativas. “Celebran quién soy, mi identidad y mi viaje individual como artista porque saben que eso, el valor de cada uno de nosotros, solo va a enriquecer las películas”.
Además de Disney, el maracayero también tiene créditos en proyectos como el documental Free Color (2020) y en el video musical de la canción “Welcome to El Sur” de Rawayana. También es profesor de animación y Storytelling del California Institute of the Arts.
A Jorge Ruiz Cano le gustaría llegar a otros espacios con su trabajo como artista. No ve la Casa del Ratón como lo más alto a lo que puede aspirar. “Me fascinaría que mis pasteles, mis dibujos, mis guiones, mis ideas, mi dirección artística vea otras estilizaciones y otros grupos y culturas. Me encantaría seguir colaborando con gente que admiro”.