Con una amplia sonrisa y por momentos emocionada hasta las lágrimas, la actriz Geraldine Chaplin recordó a su padre, el legendario Charles Chaplin, en una charla con el público tras la proyección de "The Kid" (1921), el primer largometraje del actor y cineasta inglés en el Festival de Cine de Panamá (IFF Panamá).
"Yo quería tener un padre así, un padre indulgente que no he tenido nunca. Por eso no me canso de verla", dijo sobre "The Kid", la película muda en la que Chaplin, encarnando a su célebre vagabundo Charlot (el del sombrero hongo, zapatones y frac gastado) asume el cuidado de un pequeño y adorable niño abandonado al nacer (Jackie Coogan, años más tarde el "Tío Lucas" de la serie de TV "La familia Addams").
La actriz, que vivió más de 20 años en España, a donde llegó desde París para rodar "Doctor Zhivago", de David Lean (1964), actuó bajo las órdenes de directores españoles como Carlos Saura (quien fuera su pareja), Pedro Almodóvar y Juan Antonio Bayona en su larga trayectoria, en la que rodó unas 140 películas.
Sin embargo, su internacional carrera no se agotó en España: también trabajó junto a cineastas como Robert Atlman ("Nashville")y Alain Resnais ("La vie est un roman"). Hace poco, rodó incluso en Argentina "Un amor de película", de Diego Musiak, junto a Maria Grazia Cucinotta y Jorge Perugorría.
"Ser hijo de Chaplin es un pasado que abre puertas. Era el hombre más querido del mundo. Yo fui su hija, sabes el chollo (ventaja) que es eso, es mi héroe", dijo la actriz, quien a diferencia de otros hijos de personajes famosos nunca rehúsa hablar de su padre.
"Mi padre era un hombre victoriano, muy estricto. Era un buen papá pero mi casa era muy disciplinada", recordó Chaplin, quien contó que su padre no le permitía ni a ella ni a sus hermanos ver otras películas que no fueran las suyas. "Por eso sabíamos que era el hombre más famoso del mundo. Y eso incluye a Jesucristo, con perdón", agregó entre risas, parafraseando la legendaria frase de los Beatles.
Sin embargo, un día lograron escaparse con su hermano Michael a un cine, donde vieron su primera película en color, "Quo Vadis", de Mervyn Le Roy, con Robert Taylor y Deborah Kerr (1951). "Había color, leones, cristianos, leones que se comían a los cristianos…los dos pensamos ‘¡Papá es una mierda!'", recordó entre risas.
Chaplin también contó lo que describió como "un golpe terrible en su infancia". Una mañana bajaron con su hermano al portal de la mansión californiana en la que vivían y empezaron a cantar "Somos los hijos de Chaplin, somos los hijos de Chaplin" a los peatones que pasaban por allí. Hasta que una mujer se detuvo y les preguntó: "¿Y quién es Chaplin?". "Fue un golpe terrible. Con mi hermano nos preguntamos: ‘Puede ser que todo sea mentira?’”, dijo riendo.
"En realidad, más que mi padre, mi héroe era Charlot", confesó la actriz, quien entre sus muchos papeles interpretó a su propia abuela, Hannah Chaplin, en la película de 1992 de Richard Attenborough sobre la vida de Chaplin con Robert Downey Junior como el genial cómico y cofundador del estudio United Artists.
"Como hombre, mi padre fue un reflejo impresionante de sus tiempos", afirmó la actriz, que recordó que éste rodó el corto "The Inmmigrant" en 1917, donde ya señalaba las vicisitudes por las que pasaban los inmigrantes para llegar a Nueva York, "Shoulder Arms" en 1918, considerado uno de los mejores retratos de la Primera Guerra Mundial, "Modern Times", una crítica aguda del fordismo en 1936 o "The Great Dictator" en 1949, donde parodiaba a Adolf Hitler.
"Ha sido un gran humanista, un defensor de la justicia. Nunca se cambió de chaqueta, siempre fue fiel a sus principios", dijo la actriz, quien preguntada acerca de dónde provenía la gran sensibilidad de su padre, concluyó emocionada: "Si supiera de dónde provenía la sensibilidad de mi padre pediría una dosis para todos los dirigentes del mundo"./DPA