La búsqueda de la autenticidad en la pantalla grande siempre lleva a algunas de las estrellas más grandes de Hollywood a someterse a regímenes físicos brutales, alterando drásticamente sus cuerpos para encarnar un personaje.
Estas transformaciones, ya sea por una pérdida de peso peligrosa o un aumento masivo, han generado tanto ovación como preocupación sobre los límites que los actores cruzan por su arte.
Transformación física de los famosos para las películas
Varios actores han puesto en riesgo su salud con dietas hipocalóricas para lograr un aspecto demacrado y frágil que demandaba el guion de las películas en las que van a trabajar.
Christian Bale (El Maquinista): Este actor es quizás el campeón de las transformaciones extremas. Para encarnar al insomne Trevor Reznik, perdió cerca de 30 kg (62 libras), llegando a pesar apenas 50 kg. Su dieta consistía en una lata de atún y una manzana al día. Curiosamente, poco después tuvo que ganar una cantidad masiva de músculo para Batman Begins.
Matthew McConaughey (Dallas Buyers Club): El ganador del Óscar bajó unos 23 kg (50 libras) para interpretar a un paciente con VIH, logrando una silueta esquelética. El actor admitió que el proceso fue mentalmente agotador y alteró su percepción de la comida.
Joaquin Phoenix (Joker): Para lograr la fisicidad del desquiciado Arthur Fleck, Phoenix perdió 23 kg (52 libras) bajo estricta supervisión. Este cambio le dio al personaje un aspecto esquelético y nervioso que fue crucial para la actuación.
Natalie Portman (El Cisne Negro): La actriz se sumergió en el mundo del ballet, perdiendo cerca de 10 kg (20 libras). Su régimen incluía entrenar hasta ocho horas diarias con una dieta extremadamente restrictiva, lo que la llevó a reportar cansancio y problemas físicos.
Por otra parte, hay papeles que exigen a los actores un aumento de peso significativo, una tarea igualmente difícil y perjudicial para el metabolismo.
Jared Leto (Chapter 27): Para dar vida al asesino Mark David Chapman, Leto subió cerca de 30 kg (67 libras). El aumento fue tan rápido que el actor reportó problemas de salud como dolor en las articulaciones y niveles altos de colesterol.
Robert De Niro (Toro Salvaje): De Niro llevó la dedicación a otro nivel. Primero perdió peso para las escenas de boxeo, y luego detuvo la filmación para ganar más de 27 kg (60 libras). Este aumento sirvió para interpretar a Jake LaMotta en su etapa post-boxeo, una actuación que le valió el Óscar.
Charlize Theron (Monster): La actriz se hizo irreconocible, no solo con maquillaje, sino aumentando más de 22 kg (50 libras) para interpretar a la asesina en serie Aileen Wuornos. Esta transformación radical le valió un merecido Óscar.
Christian Bale (El Vicepresidente): Bale demostró su versatilidad al engordar 18 kg (39.6 libras) y raparse para interpretar al político Dick Cheney, demostrando que está dispuesto a cambiar su cuerpo en cualquier dirección por la autenticidad.
Si bien la dedicación de estos artistas es admirable y a menudo resulta en premios de la Academia, estas hazañas físicas han abierto un debate crucial sobre las exigencias poco saludables que Hollywood impone para "vender" la realidad en la pantalla grande.
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