La Doctora Ana María Polo, conocida por su icónico programa “Caso Cerrado”, ha revelado en un reciente podcast algunos de los secretos detrás de la producción.
En una conversación con Erika De la Vega, la presentadora abordó la controversia sobre la autenticidad de los participantes del programa, aclarando que, aunque muchos de los casos eran reales, gran parte de ellos estaban dramatizados por personas que no necesariamente eran actores profesionales.
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“Caso Cerrado” La realidad
Desde su lanzamiento, “Caso Cerrado” ha sido objeto de debate en cuanto a la veracidad de los casos presentados. La Doctora Polo explicó que, si bien los conflictos abordados eran auténticos y reflejaban problemas cotidianos, muchas veces las personas que aparecían en el programa no eran los protagonistas originales de esos conflictos. En sus palabras:
“Habían personas que eran verdaderas, pero muchos eran recreados”.
Esto significa que la producción utilizaba individuos con facilidad frente a la cámara para interpretar situaciones verídicas, lo que daba un aire de dramatización al programa.
Polo enfatizó que el valor del programa radica en que las historias son reales y reflejan problemas que afectan a la sociedad.
“La historia era real, y para mí ese es el valor más increíble de Caso Cerrado”, afirmó, defendiendo así la esencia genuina del formato.
Selección y dramaturgia
Uno de los aspectos más intrigantes que reveló la Doctora Polo fue el proceso de selección de los casos. Según explicó, el equipo detrás del programa a menudo seleccionaba litigios que aún no habían sido resueltos por la Corte Suprema de los Estados Unidos.
“Agarrábamos casos pendientes antes de que la corte diera su decisión; nosotros solo los dramatizábamos”, detalló.
Este método no solo aportaba relevancia a los episodios, sino que también permitía a los televidentes ver cómo se podrían resolver esos conflictos en un entorno controlado. La producción realizaba un casting para evaluar a los participantes y asegurarse de que tuvieran las características adecuadas para representar las historias.
Polo compartió que muchas veces el productor se sentaba con el participante para conocer su vida y conflictos personales, lo cual ayudaba a hacer las dramatizaciones más auténticas.
Polo ha defendido vehementemente la autenticidad del contenido presentado en el programa. “La gente cree que todo mundo es un actor. Pues no, señores... hay gente que no tiene miedo a la cámara”, comentó, subrayando que muchos participantes son personas comunes con historias reales.
Con más de 1,500 episodios emitidos y una audiencia fiel, el formato de Caso Cerrrado logró equilibrar entretenimiento y educación al presentar conflictos humanos reales a través de una lente dramatizada.
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