EFE
La prometida del príncipe Enrique, la estadounidense Meghan Markle, se unió hoy a los miembros de la familia real británica en sus festejos navideños, en la residencia de la reina Isabel II en Sandringham.
La exactriz, de 36 años, que se comprometió oficialmente con el nieto de Isabel II el pasado mes, asistió al tradicional servicio religioso de Navidad celebrado en la Iglesia de Santa Magdalena, en la propiedad de la Reina en Sandringham, siguiendo la tradición de la familia de su novio.
El pasado año, la soberana británica se tuvo que perder el servicio religioso a causa de un fuerte resfriado, que hizo temer a los británicos por el estado de salud de su longeva majestad, de 91 años.
Este año, cientos de congregados aguardaron pacientes la llegada de los miembros de la familia real en su camino hacia la citada iglesia, entre ellos Markle, ataviada con un abrigo y sombrero marrón, que llegó del brazo del príncipe Enrique.
Tras poco más de un año de relación, y tras haber sido presentados por una amiga en común -cuya identidad no han revelado-, la pareja contraerá matrimonio el próximo mayo en la residencia real de Windsor.
Markle, divorciada y residente hasta ahora en Canadá, se mostró hoy sonriente y relajada junto con la comitiva real.
También acudieron al tradicional evento navideño, como estaba previsto, los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, embarazada de su tercer hijo.
Isabel II llegó en coche y se unió al grupo, en el que también se encontraba su esposo, el duque de Edimburgo, de 96 años y retirado desde el pasado verano de la vida pública, así como su primogénito y heredero al trono británico, Carlos de Inglaterra.
Muchos de los cientos de congregados para ver llegar a la familia real británica les desearon una "Feliz Navidad" a su paso hacia la iglesia.
2017-12-25