Las cáscaras de las frutas generalmente se desechan, porque se desconoce que muchas de ellas tienen oculto un tesoro que ayuda en diferentes tareas en el hogar.
Por ejemplo, algunas personas han optado por guardarlas y usarlas como abono para las plantas, o para complementar caldos o preparaciones de la repostería, e incluso, para elaborar limpiadores y ambientadores caseros.
¿Qué se puede hacer con las cáscaras de las frutas?
No botar las cáscaras de las frutas es una manera de reducir los desechos sólidos que generamos cada día, por lo que reutilizarlas no solo minimiza el impacto medioambiental, sino que se pueden cocinar como colorante natural o como un elemento decorativo de los postres.
También sirve para preparar compost y tener un abono casero para las plantas del jardín.
Por otra parte, se pueden utilizar como ambientadores caseros, tanto colocándolas en un bol, como llevándolos a cocción previamente. Incluso, hay quienes la utilizan como un producto casero para limpiar el hogar.
Prepara tu propio limpiador
Aprovecha las cáscaras de las frutas cítricas para crear un limpiador casero completamente natural, biodegradable y eficaz para combatir la grasa y la suciedad.
Según comparte Cuerpo Mente con las cáscaras se realiza un limpiador enzimático de cítricos como limón, lima, mandarina, naranja o pomelo, es una mezcla fermentada que aprovecha las propiedades de las frutas para descomponer la suciedad, combatir los malos olores y dejar una fragancia fresca.
Expertos indican que, al fermentarse, las bacterias transforman los azúcares y generan enzimas capaces de romper partículas de grasa y residuos orgánicos. Es decir, se transforma en un líquido con gran poder desengrasante y desinfectante.
Para elaborarlo necesitas 100 gramos de azúcar, 300 gramos de pieles y un litro de agua. Una vez todos los ingredientes en mano, llena un recipiente plástico grande con las cáscaras de cítricos. Corta en trozos medianos para facilitar la fermentación. Añade el azúcar y el agua, dejando un espacio libre en la parte superior para que los gases tengan espacio. Mezcla bien y tapa sin cerrar herméticamente para permitir la salida del gas.
Coloca el recipiente en un lugar oscuro y ventilado. Durante las primeras semanas, abre la tapa ligeramente una vez al día para liberar gases y vuelve a cerrarla sin ajustar del todo.
En unas ocho a doce semanas, dependiendo de la temperatura ambiente, notarás que las cáscaras se han ablandado y que el líquido desprende un aroma cítrico fermentado.
Finalmente, cuela la mezcla y guarda el líquido. Las cáscaras pueden compostarse o triturarse para obtener una pasta limpiadora más densa.
Cuando esté lista, mezcla una parte con diez partes de agua y limpia inodoros, lavamanos, grifos, azulejos, espejos, encimeras y quemadores o el horno.
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