El microcemento es un revestimiento versátil y resistente, ideal para renovar espacios en el hogar sin necesidad de obras extensas. Está compuesto por una mezcla de cemento, polímeros, resinas y pigmentos, lo que le otorga una gran adherencia y flexibilidad para aplicarse en distintas superficies, como pisos, paredes, muebles, e incluso áreas exteriores.
Una de las mayores ventajas del microcemento es su capacidad para transformar los ambientes con un estilo moderno e industrial. Se adhiere a superficies como concreto, cerámica, yeso y madera, lo que evita tener que remover los materiales previos, ahorrando tiempo y reduciendo el costo de la obra. Su aplicación sin juntas crea una apariencia continua y uniforme, ideal para espacios pequeños, ya que da una sensación de amplitud y facilita la limpieza.
¿Dónde usarlo?
Este revestimiento es perfecto para baños y cocinas debido a su resistencia al agua y a los productos de limpieza. En baños, el microcemento es una excelente opción para cubrir paredes, duchas e incluso el piso, ya que no se ve afectado por la humedad ni desarrolla moho. Su acabado antideslizante, si se aplica correctamente, lo hace seguro para zonas húmedas.
Este material es muy resistente al desgaste, lo que lo convierte en una excelente alternativa para pisos de áreas de alto tránsito, como pasillos y zonas comunes. Además, su fácil mantenimiento permite que se mantenga en buen estado por mucho tiempo: basta con pasar un trapo húmedo y productos de limpieza suaves para conservar su brillo.
En exteriores, el microcemento es ideal para terrazas, patios y escaleras, ya que es resistente a cambios de temperatura y a la exposición solar. Su durabilidad hace que sea una inversión a largo plazo que, además, ofrece una gran variedad de colores y acabados (mate, satinado o brillante), permitiendo adaptarse a diferentes estilos decorativos.
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