Lograr papas crujientes sin necesidad de freírlas en aceite es posible, y lo mejor es que el resultado puede ser igual de delicioso y mucho más saludable. Con algunos trucos simples, puedes disfrutar de una textura dorada y crocante utilizando el horno o una freidora de aire.
Falsas papas fritas
El primer paso clave es elegir el tipo de papa adecuado. Las papas con alto contenido de almidón, como las russet o blancas grandes, son ideales para hornear porque producen una textura más seca y crujiente.
Después de pelarlas (opcional) y cortarlas en bastones o rodajas finas, es fundamental remojarlas en agua fría durante al menos 30 minutos. Esto ayuda a eliminar el exceso de almidón, lo que contribuye a que queden más crocantes al cocinarlas.
Una vez remojadas, escúrrelas bien y sécalas completamente con un paño limpio o toallas de papel. La humedad superficial es enemiga del crocante. Luego, se recomienda mezclarlas en un bol con una pequeña cantidad de aceite (una o dos cucharadas bastan) y sazonar al gusto. También puedes agregar una pizca de maicena o harina de arroz: este pequeño truco forma una capa exterior que se tuesta muy bien en el horno o la freidora de aire.
Para hornearlas, precalienta el horno a 220 °C y coloca las papas en una sola capa sobre una bandeja con papel de horno. Es importante que no se amontonen, ya que esto evitaría que se doren de manera uniforme. Hornéalas durante unos 30 a 40 minutos, volteándolas a la mitad del tiempo para asegurar una cocción pareja.
Airfryer
Si en lugar del horno, prefieres usar una freidora de aire, cocina las papas a 200 °C durante 15 a 20 minutos, agitando el cesto a mitad de la cocción.
Al finalizar, déjalas reposar unos minutos para que se asienten. Notarás que, incluso sin haberlas frito, tienen ese crujido característico por fuera y una textura suave por dentro. Puedes acompañarlas con tus salsas favoritas o simplemente espolvorear un poco de sal marina y hierbas frescas.
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