Los vidrios pueden acumular marcas difíciles de eliminar, ya sea por agua dura, grasa, pegamento o suciedad acumulada. Afortunadamente, con los productos y técnicas adecuadas, es posible restaurar su brillo y transparencia sin dañarlos. A continuación, te explicamos cómo eliminar estas marcas de manera efectiva.
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Limpieza inicial
Antes de tratar las marcas específicas, limpia el vidrio con agua tibia y jabón. Usa un paño de microfibra o una esponja suave para eliminar el polvo y la suciedad superficial. Sécalo con un paño limpio para evitar que las marcas se mezclen con otras impurezas.
Tratamiento para manchas de agua dura
Las marcas blancas provocadas por el agua dura suelen ser residuos minerales. Para eliminarlas, mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua. Rocía esta solución sobre el vidrio y deja actuar durante 5-10 minutos. Luego, frota suavemente con un paño de microfibra y enjuaga con agua limpia.
Eliminar restos de pegamento o adhesivo
Los restos de etiquetas o cinta adhesiva se pueden quitar con alcohol isopropílico o un poco de acetona. Aplica el líquido con un paño suave y frota con movimientos circulares. Si la marca persiste, utiliza una hoja de afeitar limpia, inclinada en un ángulo de 45 grados, para raspar suavemente.
Marcas de grasa o suciedad persistente
Para manchas grasosas, utiliza un desengrasante o detergente para platos. Humedece un paño con el producto, limpia la zona afectada y enjuaga con agua tibia.
Manchas resistentes
Para marcas más difíciles, puedes usar una pasta hecha con bicarbonato de sodio y agua. Aplícala sobre la mancha, frota suavemente con un paño y enjuaga bien.
Prevención
Mantén los vidrios limpios utilizando un limpiavidrios regular y un paño seco para evitar la acumulación de marcas. Usa protectores o repelentes para vidrios que minimicen las manchas futuras.
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