Por Wanda López
Si buscas en Internet, a Judy Buendía la describen como cantante, compositora y actriz venezolana; pero su estancia en Estados Unidos, desde hace casi 11 años, le ha demostrado que puede desempeñarse como coaching vocal, host, productora y en distintas áreas del entretenimiento, e incluso vendiendo mango… mango y aguacate.
Así se llama uno de los últimos temas que ha estrenado, “Mango y aguacate”, en el que cuenta su historia de migración y de cómo, gracias a la venta de estas frutas a través de una aplicación, pudo comprar un bulto de pañales y una leche de fórmula que necesitaba su hija en un momento en el que la economía familiar se tambaleaba.
Ella se encargó de que el árbol que adornaba su patio dejara de estar cargado, y en su primer día de venta logró recaudar 70 dólares. “Esta experiencia me dio lecciones de humildad, de servicio, de resiliencia y me demostró que sí se puede salir adelante. Entendí que no hay desgracia sin bendición”, comenta.
Recuerda que por mucho tiempo, debido a su ignorancia en los negocios de la música, se gastaba sus ahorros y todo lo que tenía hasta quedarse con 100 dólares en su cuenta, con tal de producir todo lo que se le venía a la mente. Ahora, que conoce mucho mejor la industria, sabe cómo deben darse los procesos para que puedan generar ganancias y alegrías.
Las fases de Judy
La artista venezolana prepara un disco que llevará su nombre, que considera una de las producciones más importantes de su carrera, porque aunque se ha caracterizado por mostrarse tal cual es con su música, en esta oportunidad desnudará su alma con canciones muy personales como “Kabrona”, “Quién eres” y “Hormonal”.
En esta última comparte sus bondades y sus sombras, esas características que la hacen mujer y de las que está orgullosa, pero que muchas veces los hombres no comprenden. “Con esta canción hago ver que durante esa visita mensual que tenemos podemos cambiar de actitud muy rápido y lo único que queremos es que nos comprendan y nos acompañen, que nos acepten como somos”, destaca.
Pero este nuevo álbum de Judy Buendía, que contará de siete temas, no sería lo mismo sin “Gladiadora”, un single en el que muestra que ya no es la víctima, sino la victoriosa. Esa mujer que es capaz de comerse el mundo con todos los desafíos que implica. Fue compuesta y producida junto a Dango, la escribió en un momento de mucha frustración en el que era cuestionada por distintas personas a su alrededor.
“Hice esa canción para darme ánimos a mí misma, pero también es para todas esas mujeres que no están viendo para los lados, sino que están enfocadas en sus metas. Las personas que tanto me criticaban se convirtieron en gasolina para mí y al final terminé invitándolos a la party”, dice.
Su verdad
Judy sabe que su camino ha estado cargado de retos, que no solo ha sido la migración, sino otras vivencias que ha tenido que sortear durante los últimos cinco años. Hoy trabaja por estar más cerca de Dios y resolver los desafíos con entereza e inteligencia emocional.
Asegura que la metafísica la ha ayudado mucho, pero recuerda que en medio de todos esos procesos aprendió algo muy importante: “No escuches consejos de personas que tienen miedo, porque ellos hablan desde su experiencia. He logrado muchas cosas gracias a que no escucho”.
Recuerda que por un tiempo trató de llenar su espíritu, porque no podía moldear su carrera. En ese momento comenzó a abrazar las oportunidades que se presentaban, fue así como compuso canciones que empezaron a formar parte de la trayectoria de artistas como Thalia, Río Roma, Chiquis Rivera, entre otros.
Está convencida de que Dios es su disquera y su manager. “Siempre digo que deseo que mi música deje una buena huella, no me importa si no va a pegar. Quiero darle ese ejemplo a mi hija, de que somos capaces de lograr lo que nos proponemos”, agrega.
La mamá y la mujer
Para Judy ser madre ha significado una experiencia transformadora, con la que ha podido aprender de la inocencia de su hija de 7 años, Lucía, pero también de sus ocurrencias, su humor negro y su sentido común, ese que asegura no se enseña, sino que nace con uno.
“Siempre estoy pensando en asegurar el futuro de mi hija. Quiero que vea en mí una compañera, que se sienta orgullosa de su mamá, que a través de mí pueda darse cuenta de que lo que desea con el corazón se puede hacer realidad, si hacemos caso omiso a quienes hablan desde el miedo”, acota.
La compositora confiesa que cada día las mujeres estamos logrando más cosas, que continúan escalando peldaños importantes que las acercan al logro de sus objetivos y anhelos.
“Debemos seguir siendo apasionadas y entregadas con lo que hacemos, pero tener también esa persistencia que tanto caracteriza a los hombres. Lograr complementar lo mejor de cada uno y convertirnos en gladiadoras, en mujeres poderosas que van detrás de lo que desean y que no descansan hasta hacerlo realidad”, finaliza.